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LA SALUD EN BOGOTÁ COLAPSÓ ANTE LA INDIFERENCIA DEL GOBIERNO NACIONAL

El propio secretario de Salud de Bogotá, Guillermo Jaramillo, tuvo que salir a protestar por la crisis que registra el sector en Bogotá

Los funcionarios del sector de la salud reclaman del gobierno nacional acciones concretas que permitan salir de la crisis.

Las EPSs, con la complacencia del gobierno nacional no pagan los servicios a los hospitales públicos. El dinero que reciben en su mayoría lo invierten en bienes suntuosos 

El cambio del manejo de la salud es reclamado por los colombianos ante los oídos sordos del gobierno nacional

La unidad hace la fuerza, es la consigna de los trabajadores y los usuarios del sistema de salud

La crisis de la salud

La situación de la salud en Colombia es tan crítica que de un momento a otro podría colapsar como consecuencia de las equivocadas políticas gubernamentales.

 

Los resultados de los servicios de salud saltan a la vista: miles de colombianos muertos por falta de atención médica, los denominados «paseos de la muerte», entre otros aspectos, suceden a diario a lo largo y ancho de nuestro país.

 

Los recursos que el Estado destina para la salud no están llegando al objetivo, por cuanto se quedan en el camino. Empresas de salud que se apoderan de los recursos, para invertirlos en bienes suntuosos. Contratistas y funcionarios corruptos que se apoderan de la mayoría de los recursos económicos, sin el menor escrúpulo frente a la muerte y la miseria de la mayoría de los colombianos.

 

En Bogotá, los médicos, enfermeras, funcionarios de hospitales y hasta los propios enfermos se vieron en la imperiosa necesidad de reclamar al Gobierno nacional, que hasta ahora ha sido indolente con el drama, para tratar de corregir la serie de errores que han llevado al sistema al borde del colapso.

 

El mismo alcalde de Bogotá, quien se ha enterado de la situación lamentable de los hospitales, ha solicitado del Gobierno nacional acciones concretas que permitan que el sistema vuelva a funcionar, para la atención de los colombianos, no para enriquecer a unos cuantos corruptos.

 

Bogotá, de acuerdo con lo indicado por quienes manejan los hospitales, en el momento no está en capacidad de atender una emergencia de grandes proporciones, por cuanto no cuenta con el personal, equipos y medicamentos necesarios.

 

La ministra de Salud, desde su cómodo despacho, se limita a decir que se está trabajando para mejorar el servicio, pero la realidad demuestra todo lo contrario.

 

Definitivamente, la situación es tan crítica que los servicios de salud se han convertido en un privilegio.

 

Entre los derechos constitucionales de los colombianos está la salud, pero no se cumple, lo cual indica claramente la violación de los más elementales derechos en nuestro país.