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LÉRIDA: POR LOS CAMINOS DEL PROGRESO

 Lérida Plaza principal

 

 

 

 

 

 

 

 

Gerney Ríos González

Especial para Primicia

 

Fueron indígenas panches dirigidos por el cacique Coloya, los primeros pobladores de las fértiles tierras de lo que hoy es el próspero municipio de Lérida.

Se tiene noticia  que fueron sacerdotes de la orden franciscana quienes fundaron una aldea el 26 de abril de 1690 en tierras entregadas al efecto por don José Zabala. Un traslado de los ranchos al sitio “Peladeros” se efectúo en 1775 y pocos meses después se bautizó como Nuestra Señora del Buen Suceso de Peladeros; y en 1851 se tituló Lérida para recordar a Lleida, ubicada en el noreste de España, capital de la provincia Catalana homónima y de la comarca de Segriá.

Lérida nació a la vida municipal el 21 de febrero de 1863 y su independencia comenzó el 1 de enero del siguiente año. Indígenas bledos y coloyas de estas tierras, lograron implantar la agricultura que legaron a otras generaciones; lo hicieron igual con el arte de labrar metales nobles como el oro y la plata –orfebrería- y la fabricación y venta de vasijas de barro –alfarería-.

Sería el virrey Antonio Flórez quien dio legalidad a estas parcelas y mucho antes en 1538 el conquistador Sebastián de Benalcázar había tomado dominio de ellas. Flórez hizo tal acción en 1771. Se dice que fue Manuela Arciniegas la primera fundadora, dueña de la hacienda “Peladeros” y luego los franciscanos, orden religiosa fundada por Francisco de Asís en 1209, y cuya regla fue aprobada en 1215 por el papa Inocencio III.

La historia de Lérida relata que Fray Maldonado cura catalán, solicitó que el largo nombre del poblado fuera cambiado por aquel en que había nacido y tal petición fue acogida por la cámara provincial de mariquita. Tras ser elevado a municipio su primer alcalde fue Antonio Dorjuela.

Puente-Juan-Domínguez

 

Progreso

En la agricultura sobresale la creciente producción de arroz; la ganadería en Lérida es importante. Se explotan minas de oro, mármol y caliza. Esta bien desarrollada la actividad comercial, servidas por buenas carreteras, los sistemas técnicos de riego favorece la producción de arroz de excelente calidad. También en sus campos se cultiva maíz, sorgo, algodón, plátano, banano, guineo, cachaco, aguacate, caña de azúcar y café.

Con una temperatura media de 26ºc, Lérida dista de Ibagué 73 kilómetros; tiene un área de 281 kilómetros y altitud de 366 msnm y limita con Armero – Guayabal por el norte; oriente Ambalema, occidente Líbano y sur Venadillo. Para llegar a Lérida, a partir de Ibagué se cruza por Alvarado y Venadillo.

Turismo

Tiene buenos lugares para la recreación y los deportes de montaña. Son de admirar las ruinas de los asentamientos indígenas coloyas y panches; funcionan los balnearios  Palmas, Pijaos, el Salto, Villa Amparo, en zonas rurales. Sus habitantes celebran la fiesta de la Virgen de la Candelaria, Santa Ana en honor a la Virgen de la Sierra, en febrero y Julio respectivamente.

En Lérida residen miles de sobrevivientes de Armero tras la catástrofe anunciada de noviembre de 1985 cuando ese próspero municipio fue borrado del mapa de Colombia por la avalancha del Nevado del Ruiz y el gigantesco caudal del Río Lagunilla. Lérida despegó en educación, vivienda, salud, formación social, pues se benefició de auxilios mundiales que llegaron producto de la tragedia.

Lérida progresa, va adelante en sus proyecciones gracias al empuje e interés de la sociedad civil con responsabilidad visionaria. Según el censo-Dane, tiene 15.500 habitantes urbanos y 4.000 en la zona rural para un total de 19.500 vinculados a la agricultura, comercio y ganadería. Como todos los pueblos del Tolima, crece en atractivos turísticos.