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PARQUE TAYRONA: ILUSTRES INVASORES

El sencillo terruño de los parientes del célebre ex Director del Das Jorge Noguera.

 

 

Alejandro Arias

Especial Primicia

Santa Marta

Después de 44 años por fin hay una luz de esperanza en el Parque Nacional Natural Tayrona. A lo largo de todos esos años el poder del gatillo mostró su capacidad invasora y por cuenta del ejercicio cómplice de funcionarios nacionales nos hicieron creer que quienes detentaban la calidad de propietarios de más del 90% de su extensión eran legítimos y honorables dueños.

Hoy la comisión presidencial, liderada por el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Superintendente de Notariado y Registro, confirma las palabras del presidente Santos al precisar que inclusive algunas familias prestantes que ahora aparecen de propietarias de parte del Parque Tayrona pues ahora resulta que se hicieron a esas propiedades en forma fraudulenta. Hecho que parece quedar confirmado en las conclusiones de dicha investigación, conforme se ha declarado.

Hoy ya se cayeron, motu proprio,  casas invasoras de ilustres personajes como el ex alcalde de Santa Marta quien decidió autoregularse y antes de ser desenmascarado la demolió.

También ya es famosa la del señor Wilmer Castro; ilustre y potentado pescador que construyó su casita de verano de $ 600 millones y que contó con dos yates y el acompañamiento de ilustres miembros de la familia Vives para desmantelar

Por supuesto que conforme a las normas de la Dirección de Parques Nacionales ninguno de estos importantes invasores, sus familiares e invitados están obligados a pagar por entrar al Parque como los demás mortales, un premio que el estado les concede por el magno logro de invadir.

 

El ejercicio de la violencia en el Parque Tayrona dejó en su historia dos Directoras Territoriales de Parques muertas, una masacre en Neguanje de nueve personas, un sin número de homicidios aislados  y como ilustre invasor a una  multimillonaria  y poderosa concesión que hacen ver a la Dirección de Parques como un simple portero obediente que abre y cierra la puerta de entrada al mismo luego que la taquilla del concesionario ha hecho lo suyo.

Así nos quedó demostrado el pasado 15 de enero en la entrada a Neguanje con el funcionario de parques Ricardo Acosta quien se limitó a abrir y cerrar la puerta mientras que los funcionarios del concesionario del Parque Tayrona, Unión Temporal Parque Tayrona, hacían lo suyo con actitud de seudo paracos de viejas épocas disfrazados de indigenas de la Sierra Nevada. Resultó indignante que ante el reclamo de propios y extraños estos individuos, con el amparo de la policía, dijeran con la sorna de los de Ralitonadie les dijo que vinieran al Parque Tayrona, ustedes vienen porque quieren.

Y razón tienen para sentirse intocables. No hay que perder de vista la forma como se obtuvo ese jugoso contrato, con forme a las declaraciones de José Gelves Albarracín, y quienes, para su consecución, intervinieron.

Así como se le dijo a Six Senses bienvenidos a Colombia pero fuera del Parque Tayrona y se suspendió la licencia de los Ciruelos por físicos abusivos. Es tiempo de ir revisando la concesión otorgada a la Unión Temporal Parque Tayrona y ejercer la autoridad por igual. No se puede premiar con la continuidad a una concesión que tuvo un origen oscuro, para su otorgamiento tampoco se tuvieron en cuenta a las comunidades indígenas; esta concesión hoy se erige como el mayor ilustre invasor de este Parque Nacional.

La belleza de los paisajes día a día se destruye ante la presencia de los invasores ilustres