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RICARDO LEÓN FARFÁN: EL ARTISTA EN LOS AÑOS 70


 Ricardo León Farfán, el multifacético artista, amante de la música, del buen cine, y reconocido actor empírico, ha logrado ganarse el cariño de los colombianos 

 

 

 

 

 

Armando Martí y Catherine Rodríguez

Entrevistan para Primicia

Ricardo León Farfán, el multifacético artista, amante de la música, del buen cine, y reconocido actor empírico, ha logrado ganarse el cariño de los colombianos interpretando personajes en las telenovelas: Juan Joyita, Chepe Fortuna, Los Reyes, Isabel me la Velo, y Pedro el Escamoso, al igual que en sus papeles cinematográficos como en Mamá tomate la sopa. En exclusiva para Primicia, nos profundiza sobre su vida, sus inicios en la actuación, y hasta donde lo ha llevado su peculiar afro.

Armando Martí y Catherine Rodríguez: ¿Quién es Ricardo León Farfán y su historia personal?

Ricardo León Farfán: Nací en Honda – Tolima, hace 55 años. Mi familia y yo, vinimos a Bogotá exactamente en el año de 1973, soy hijo único, soltero y sin hijos. Aunque tengo una hija como la llamo: «prestada«, porque no la fabriqué yo, son cosas que Dios le da a uno sin pensarlo, su nombre es Laura Marcela. Soy una persona, muy fuera de lo normal, aunque trabajo en la cotidianidad. Toda la vida he estado moviéndome en el arte, por eso trabajo en «Entertaiment Store«, hace màs de 10 años, también soy actor y músico.

ARCATH: ¿Qué lo hace a usted diferente?

R.L.F: Desde que soy hijo único, aprendí a vivir solo, y me empezó a gustar la soledad. Soy diferente, decidí encaminarme en el mundo del arte, nosotros los artistas perseguimos sueños, y mi mayor sueño es seguir perfilándome en la parte actoral.

Se ha ganado el cariño de los colombianos interpretando personajes en las telenovelas: Juan Joyita, Chepe Fortuna, Los Reyes, Isabel me la Velo,  Pedro el Escamoso, entre otras.

 

 

ARCATH: ¿Dónde nace esa pasión por el arte?

R.L.F: Simplemente son dones de la vida, un regalo de Dios, es algo que fui descubriendo con el transcurrir del tiempo, siempre fui muy aficionado al cine, la música, y el arte. Recuerdo en la época del colegio, yo siempre estaba en el Centro Literario, donde hacían veladas sobre actuación, charlas de cine y demás actividades. Nunca pensé tomar la actuación como profesión. Después un compañero de trabajo, que estaba estudiando para ser director de cine, me pidió el favor de que le ayudara a interpretar un personaje, al principio me negué porque no tenía experiencia, pero fue màs lo que él insistió, y finalmente me gusto todo el ambiente interpretativo, me di cuenta, de que ese era mi camino.

ARCATH: ¿Qué actores colombianos admira y al mismo tiempo han sido inspiración en esta profesión?

R.L.F: Un personaje en especial, que admiro y respeto, son los actores veteranos, porque de ellos se aprende mucho a la hora de trabajar en una producción. He tenido la oportunidad de compartir y trabajar, afortunadamente con: Carlos Muñoz, Margalida Castro, y todos aquellos actores, a los que uno llama: «de toda la vida«. Son experiencias enriquecedoras, al darse cuenta como ellos son capaces de llevar a cabo cualquier proyecto, que un director les dé. Desde que llegan al set, ya no son ellos mismos, sino están encarnando al personaje. Así mismo.

ARCATH: Ricardo ¿qué considera usted que sea lo màs difícil al entrar en el mundo de actuación?

R.L.F: Lo màs difícil, es realmente llegar a ser actor. No es nada fácil poder llegar a decir que uno vive de la actuación, es complicado conseguir el trabajo como tal. De igual manera, es algo tan bello y gratificante, que por màs momentos malos que uno pueda tener, pues en ocasiones no se puede tener tanta facilidad de trabajar en la actuación constantemente como uno quisiera, pero es tanto mi amor por esta profesión, que uno sigue y sigue insistiendo, por màs de que se cierren miles y miles de puertas.

ARCATH: Por su aspecto tan peculiar, y el afro tan característico en usted, ¿cómo influenciaron los años 70 en su formación actoral?

R.L.F: Cuando llegue a Bogotá, se estaba viviendo la corriente hippie en aquella época. Me comencé a identificar con esos ideales y pensamientos, que poco a poco fui adoptando, y se ven reflejados hoy en día en mi aspecto físico. Estos rasgos tan característicos, han caído muy bien a la hora de interpretar los personajes de televisión y cine, porque se me facilita la construcción de personajes para diferentes clases de actuación. Por ejemplo, en una ocasión me toco actuar de loco en un manicomio y en «Chepe Fortuna`` representar a un costeño, el look me ayudaba mucho, pues se asemeja a las personas de la región. Todo este conjunto de rasgos generan un impacto positivo en la audiencia, logrando que recuerden mucho a los personajes que he interpretado.

ARCATH: En los años 70 el lema era «hacer el amor y no la guerra«, ¿cómo conceptualizaría esto en la actualidad de Colombia, donde todavía existe un conflicto armado?

R.L.F: Es un concepto totalmente diferente, la generación de nosotros estaba mal vista, en especial por nuestros padres que estaban en desacuerdo con los ideales de amor y paz, flores y toda la onda hippie. Ya en los años 80, se hizo màs popular el conseguir dinero, sin importar como, todo el mundo quería ser millonario de la noche a la mañana, con el mínimo esfuerzo, pasando por encima de la gente y la sociedad. Hoy en dio la generación es diferente, sobretodo los jóvenes, ya quieren imponer las cosas. Yo deje de ir al estadio, que por cierto era una actividad que disfrutaba mucho, porque hoy no se va a ver un partido de football, pues en cualquier momento lo pueden estar matando o amenazando, por la sencilla razón de no tener la camiseta del equipo contrario.

ARCATH: ¿Cuál ha sido ese toque que han tenido sus personajes, que lo llevan a ser tan recordado por el público colombiano?

R.L.F: Yo siempre he procurado, que mis personajes sean agradables, graciosos, y alegres, porque para dramas está la vida misma. Precisamente lo que quiero lograr con mis personajes, es que la gente tenga un rato de dispersión. Lo màs importante de un actor es su versatilidad, para poder representar cualquier personaje, sin encasillarse en papeles, esa tal vez ha sido la clave para llegar a ser tan recordado.

ARCATH: Ricardo ¿Qué opina de la industria del cine colombiano y de su proyección a nivel nacional e internacional?

R.L.F: El cine colombiano, está tomando un auge grandísimo. Gracias a la ley de fomento al cine, del gobierno colombiano, se ha podido brindar mucha ayuda a las producciones cinematográficas. Antiguamente solo se realizaba, al menos una película al año. Aquí hacer cine màs que una quijotada, era una utopía, pues no se contaban con los recursos económicos suficientes, ni con las técnicas, equipos, y profesionales para llevarlo a cabo. Hoy en día afortunadamente y desafortudamente existe todavía un problema: el cine colombiano se ve muy bien en otros países, son bien recibidos los actores, el equipo y el director colombiano, pero en nuestro país, una película colombiana nunca dura màs de una semana en cartelera. Al colombiano le hace falta convencerse, de que lo que se está haciendo es algo bueno y de calidad, así mismo es fundamental màs apoyo financiero para la publicidad de los proyectos, logrando un mayor despliegue mediatico.

ARCATH: Finalmente desde su experiencia actoral en televisión y cine, ¿qué mensaje le podría dejar a los lectores de Primicia?

R.L.F: La vida es una sola, pase lo que pase siempre será hermosa. En ocasiones la realidad puede llegar a ser complicada, pero todo va de acuerdo a como queramos ver la vida. Muchas veces, es necesario hacer «de tripas corazón«, para poder llevar la existencia, de una manera màs sana y espiritual. Todo depende de la actitud que cada uno asuma frente a la vida, las personas, y los obstáculos, permaneciendo siempre fiel a sus ideales y alma. Por eso no hay nada tan bello como la mentira ni nada tan triste como la realidad, hay que soñar. Aprendan a soñar.