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“TRATADO VASQUEZ – SACCIO, ARMA DE COLOMBIA CONTRA ABSURDO FALLO DE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA”

 Antonio Valencia Salazar

Especial para Primicia

“Ni siquiera por la mente de nuestros “brillantes negociadores” pasó el tratado Vásquez Saccio, firmado por Colombia con Estados Unidos en septiembre 8 de 1972 que reconoce jurisdicción y soberanía de nuestro país sobre sus aguas territoriales en el Mar Caribe y que la Corte Internacional de Justicia de La Haya ha entregado a Nicaragua”.

La afirmación fue formulada por el profesional en Relaciones Internacionales, Gerney Ríos González, ante un selecto grupo de ofendidos académicos, interesados en las implicaciones a futuro que dicho fallo traerá para las relaciones hemisféricas en el Mar Caribe y los perjuicios para los pescadores colombianos, tradicionales en esas aguas de legítima posesión de Colombia.

El escritor Ríos González sostuvo que “Nicaragua se comporta como un pobre ambicioso, auspiciado por Venezuela y el Alba. El fallo de la corte internacional de La Haya, que plantea quitarnos 280 mil kilómetros cuadrados de áreas marinas y submarinas, dejó abierta la puerta de par en par para que ese pequeño país de 129 mil kilómetros cuadrados, en una demanda posterior nos arrebate 200 millas de plataforma continental” y proclamó: “No podemos ceder un solo centímetro de nuestra soberanía”.

El catedrático Ríos González recordó que los derechos colombianos en territorios marinos del Caribe- Atlántico datan de las Cédulas Reales de 1789 y 1803 en el Gobierno del Presidente Francisco de Paula Santander. Para la época de la suscripción, se afianzó la soberanía colombiana en esos espacios, llegando hasta la Costa de Misquitos con dominio y propiedad.

El conferenciante y académico Ríos González reveló que fue el Laudo Arbitral de Loubet, Presidente de Francia, el que otorgó autoridad a Colombia en todos los Cayos y en las Islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, al Oeste del Meridiano 82 GMT.

De acuerdo al Tratado Vásquez Saccio, y ante el silencio del Congreso, la Cancillería y Procuraduría General de la Nación, compañías pesqueras de Estados Unidos son las únicas autorizadas para sacar riqueza pesquera de las aguas territoriales de Colombia en la comprensión del Archipiélago de San Andrés Islas y sus Cayos.

“Para esos tiempos, -recordó el profesor de Geopolítica Ríos González-, el Tratado se convirtió en una amenaza para los intereses económicos de Colombia en el Mar Caribe, con peligro para su plataforma continental en el Archipiélago”. “Pero hoy se convierte este tratado Vásquez Saccio en un arma contundente frente al absurdo fallo de la Corte Internacional de Justicia que entrega 280 mil kilómetros de aguas territoriales nuestras a Nicaragua, frente a la flaqueza de las argumentaciones de los “notables negociadores” colombianos en La Haya”, afirmó el expositor.

Otros aspectos favorables para futuras reclamaciones jurídicas a la CIJ a juicio de Ríos González son: Clausula primera que dice que Estados Unidos renuncia a reclamar sobre los Cayos Roncador, Quitasueño y Serrana. La segunda parte del tratado sostiene que “en reconocimiento del hecho que ciudadanos y buques de Estados Unidos y de Colombia está actualmente dedicados a la pesca” equivale a decir que Estados Unidos, miembro del consejo de seguridad de la ONU, legalizó una situación de hecho por nuestra incapacidad tecnológica y logística vinculada a la pesca de camarón, peces de diversa especie y langosta.

Es bueno recordar aquí que en el Gobierno sandinista, Nicaragua agradeció a Colombia en nota al Presidente de entonces Belisario Betancur, las gestiones de Contadora en junio de 1986, cuando se hicieron públicas las pretensiones de ese país centroamericano.

La cláusula tercera del Tratado Vásquez Saccio “garantiza a los ciudadanos y buques de Estados Unidos la continuación de la pesca en las aguas adyacentes a estos Cayos” (ya mencionados) lo que determina perjuicios y detrimento de su soberanía marítima. Así las cosas, mal puede la Corte Internacional de Justicia de La Haya entregar aguas en el Mar Caribe, de soberanía colombiana que comparte con su socio, Estados Unidos.

Ríos González en su exposición sobre el Tratado Vásquez Saccio, invocó el texto de la clausula quinta en la cual “cada uno de los dos gobiernos Colombia y Estados Unidos, convienen en que no celebrarán salvo de acuerdo con el otro gobierno, ningún convenio con un Estado que no sea parte del presente tratado, mediante el cual puedan ser afectados o menoscabados los derechos garantizados”.

El internacionalista Gerney Ríos propone desconocer el fallo de la Corte Internacional de Justicia

 

Para Ríos González, un estudioso de estos fenómenos jurídicos en aguas territoriales de los Estados, el Tratado Vásquez Saccio entre Estados Unidos y Colombia para el dominio de sus aguas territoriales, establece una especie de condominio en el Mar Caribe y nuestro país se reserva el derecho de pesca en el Archipiélago de San Andrés y Providencia y su entorno. Este estilo de negocios fue creado desde los arreglos surgidos con la venta de Panamá, gobierno del Presidente Theodore Roosevelt y el Acuerdo Bunau Varilla, según Ríos González.

Mas adelante Estados Unidos mediante un comunicado afirmó que “los bancos –no los cayos-, conocidos como Quitasueño por estar sumergidos, son considerados de Altamar y no sujetos a reclamaciones de alguna soberanía territorial”.

Además, invocando este Tratado Vásquez Saccio que se convierte en una herramienta de primer orden en las futuras controversias y reclamos de Colombia ante la CIJ, es bueno saber que Estados Unidos no acata en un todo al organismo de La Haya. “Desde las cedulas Reales hasta nuestros días, las naciones han reconocido el paralelo 82 como el limite de aguas territoriales de Colombia, esto es, soberanía y propiedad. Que cobra mayor relevancia hoy cuando la Corte aludida determina entregar soberanía marina de Colombia a Nicaragua, desconociendo documentos que dan toda la razón jurídica nuestro país sobre su legitimidad en el Caribe”, dijo el internacionalista Gerney Ríos González, hablando ante el selecto grupo académico.