Esta madre sufrió el asesinato de una hija en su propia casa y la desaparición de uno de sus hijos, ahora ella lucha por recuperar la tierra que le dejó su esposo antes de ser asesinado por la guerrilla, junto a sus dos hijos sobrevivientes.
Unas 350 personas cada mes a solicitar restitución de tierras
Mónica Rojas
Santiago de Cali
Especial para Primicia
Alrededor de 15 personas visitan diariamente y por primera vez la oficina de restitución de tierras en Cali para solicitarle al Gobierno que les devuelvan las tierras que los grupos armados al margen de la ley les quitaron. Otras 45 personas más lo hacen para preguntar sobre el avance de sus procesos. En el mes de agosto unas 300 personas realizaron su solicitud para dar inicio al estudio que en los próximos meses les definirá si quedan incluidos en el Registro de Tierras, requisito para interponer la demanda.
Provenientes en su mayoría de Nariño, Chocó, Antioquia, Risaralda, Quindío, Caldas y Valle del Cauca, los solicitantes de restitución de tierras llegan a diario a la oficina de Cali para tratar de recuperar sus fincas y parcelas abandonadas o despojadas por causa del conflicto armado.
A la fecha se han recibido en la Dirección Territorial del Valle del Cauca 1474 solicitudes de predios despojados y abandonados forzosamente en el departamento por casusa del conflicto armado y 1607 de otras regiones de Colombia, las cuales se remiten inmediatamente a su Territorial correspondiente para que esta a su vez le dé trámite, así mismo en otras Territoriales se han recibido 283 solicitudes pertenecientes al Valle del Cauca.
Las solicitudes correspondientes al Valle, en su mayoría llegan de los municipios de Buga, El Dovio, Tuluá, Trujillo y en especial del norte del Valle, en donde la causa más común es por abandono de predios debido a la violencia que el conflicto armado ha dejado en estas zonas, de todas maneras también se presentan casos en los cuales las víctimas han sido despojados por grupos armados al margen de la ley.
Esta semana, Rosa*, una solicitante radicada en Risaralda, pidió prestado el valor del pasaje que la llevará hasta la oficina en Cali para averiguar en qué va su caso, que aunque desgarrador, fue publicado por ella misma, dado que no quiere dejarlo impune, según lo expresó ante los funcionarios de la Unidad de Restitución de Tierras.
Esta madre sufrió el asesinato de una hija en su propia casa y la desaparición de uno de sus hijos, ahora ella lucha por recuperar la tierra que le dejó su esposo antes de ser asesinado por la guerrilla, junto a sus dos hijos sobrevivientes.
Los hechos de violencia comenzaron con un ataque en su finca, donde vivía con sus hijos y esposo cultivando café para el sustento familiar, oficio que debió abandonar al ver la escena de muerte de su esposo en la entrada de la iglesia, un miércoles de ceniza a las 6:30 de la mañana; marcando así el inicio de su tragedia.
Después de varios años de estar desplazándose con sus 4 hijos por casas de familiares que le tendieron la mano, regresó a la finca que era de su esposo para empezar de nuevo, con sus propias manos volvió arar la tierra y a cultivar de nuevo el café, pero tres años más tarde personas aliadas con el narcotráfico le hicieron firmar una escritura a nombre de ajenos que ella conocía con malas referencias.
«Prácticamente me habían desangrado, porque me quitaron el futuro de mis hijos, el porvenir de ellos. Tener que devolverme en un taxi sola, sin casa y sin nada, porque si no me mataban a mí y a mis hijos, eso es un dolor muy grande», así narró esta solicitante los hechos ante la Unidad de Restitución de Tierras.
Su odisea continuó por el Quindío y con lo que le dejó su padre, quien siempre la acompañó en todos sus caminos, volvió a comprar otro predio en Risaralda, pero de ahí la sacaron los paramilitares que pretendían obligarla a entregar a sus hijos para que hicieran parte de este grupo al margen de la ley, razón por la cual una vez más debió dejar todo abandonado y seguir viviendo de la caridad de sus hermanas. Ahora, con 2 nietos huérfanos a cuestas, sin esposo, sin padre y sin sus dos hijos restantes, quienes también fueron asesinados, según ella por la denuncia que colocó cuando le quitaron la primera finca, esta mujer sigue persiguiendo sus anhelos.
Hoy en día Rosa trabaja por recuperar lo perdido mientras trata de encontrar a su hijo desaparecido, lucha por justicia ante los asesinos de su hija y su yerno, por sacar a delante a sus nietos y por tener un techo donde vivir como soñó desde el día en que se casó con su ser amado.
A ella, la Unidad de Restitución de Tierras le brinda atención sicosocial y asesoría jurídica cada vez que va a la oficina en Cali, además de un tinto o un almuerzo, pero la urt está empeñada en darle más que eso. El objetivo es devolverle un poco de felicidad, adelantando la etapa administrativa del proceso y posteriormente consiguiendo un fallo a su favor por parte de un juez especializado.
Lamentablemente este no es el único caso conmovedor que recibe la Unidad de Restitución de Tierras, así como el de Rosa son miles de solicitudes que la entidad trata de acoger para dar respuesta en un corto plazo. El Gobierno trabaja por resolver la deuda histórica de la Nación, que con la Ley 1448 de 2011 y sus decretos reglamentarios pretende saldar en el menor tiempo posible, dando resultados que superan ampliamente a las otras políticas de reparación a las víctimas.
Rosa recibió toda la asesoría por parte de los funcionarios de la Unidad de Restitución de Tierras y se fue con una luz de esperanza, confiando en el Gobierno actual, porque ha visto resultados, según ella misma lo manifestó.
Las solicitudes correspondientes al Valle, en su mayoría llegan de los municipios de Buga, El Dovio, Tuluá, Trujillo y en especial del norte del Valle, en donde la causa más común es por abandono de predios debido a la violencia.
Alrededor de 15 personas visitan diariamente y por primera vez la oficina de restitución de tierras en Cali para solicitarle al Gobierno que les devuelvan las tierras que los grupos armados al margen de la ley les arrebataron.-