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COLUMNISTA: NUESTRO TLC # 14

 

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*Saulo Arboleda Gómez

Columnista Exclusivo

¨Primicia

 

 

 

El suscrito ayer con Israel, es el Tratado de Libre Comercio, TLC, número catorce firmado por Colombia, dentro del proceso de apertura comercial al que apostó, que indudablemente ha traído un revolcón en nuestro modelo de desarrollo económico y social. Es evidente que debido a los TLCs, el sector secundario productor de manufacturas, transformador de materias primas, generador de empleo calificado y de valor agregado, que integran  la industria  y la agroindustria, líderes tradicionales en el aporte al crecimiento de nuestro producto interno bruto, PIB, y al bienestar social, fue desplazado por el primario –minería y materias primas- y por el terciario, dedicado a los servicios.

 

Sin duda el TLC con Israel, no amenazará la estabilidad y crecimiento de la industria y del sector agroindustrial y agropecuario, como sí lo hacen y lo harán,  con mayor intensidad a medida que avancen los procesos de desgravación arancelaria y el desmonte de otros instrumentos de protección, los suscritos con la Unión Europea, Estados unidos, Mercosur, Alianza Pacífico y Corea del Sur. Y particular atención y capacidad negociadora se deberá tener si, como está anunciado, se concretan TLCs con Japón y China, que, aun frente a economías más desarrolladas y con mejores condiciones de competencia, como la de Estados Unidas y la Unión Europea,  ha demostrado gran capacidad de captar sus mercados, gracias a mejores precios y óptima calidad.

 

Apenas empezando su operación, estos TLCs ya están causando un impacto adverso en Colombia, sobre todo en el campo, lo que explica las recientes marchas de protesta, que solo  pudieron solucionarse a través de compromisos monetarios con cargo al presupuesto nacional, que tras afectar el equilibrio  fiscal,  llevarán a crear nuevas cargas tributarias para cumplir los compromisos gubernamentales adquiridos. Pero también la Industria, especialmente la de confecciones, electrodomésticos y autopartes, sufrirá el impacto adverso de esta apertura comercial, en particular cuando entre a operar el TLC con Corea del Sur, competidor directo nuestro.

 

Desafortunadamente los TLCs ya en ejecución, han demostrado hasta hoy, que funcionan en una sola vía, que debe ser transitoria, para lo cual, más vale tarde que nunca, se han tomado decisiones en sectores donde radican principales cuellos de botella, como el de infraestructura,  para aprovechar, también de aquí para allá, estos TLCs.

 

*Exministro de Estado

 

 

 

 

 

 

 

 

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