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CRÓNICA: «EL PRESIDENTE CHÁVEZ QUE CONOCÍ»

Hugo y VíctorEl presidente Bolivariano de la República de Venezuela, durante su primera visita a Colombia en calidad de Jefe de Estado.

 

 

Víctor Hugo Lucero Montenegro

Primicia

 

Poco tiempo después de ser elegido por primera vez Hugo Chávez como presidente de Venezuela, vino en visita oficial a Colombia. Recibió los honores de jefe de Estado y se reunió con el entonces presidente colombiano, Andrés Pastrana Arango, buscando que Colombia se uniera al proyecto de consolidar la unidad en América del Sur.

Dos horas estuvo presente en la Casa de Nariño. Sin embargo, el Gobierno colombiano lo miraba y lo trataba con recelo. A pesar de tener una reunión privada con el mandatario Pastrana Arango, al final el encuentro fue frío, y únicamente se le destinó un edecán presidencial para que lo acompañara a la salida.

Ese día estaba cumpliendo funciones periodísticas en la Casa de Nariño, y determiné acompañar al presidente Chávez en su salida. Bajamos las gradas de la sede presidencial, y nos dirigimos a la plaza de armas, donde un vehículo lo recogería y trasladaría a cumplir otros compromisos en Bogotá, antes de retornar a Venezuela.

El presidente Chávez, en esa época de contextura delgada y ágil, se desplazaba rápidamente por gradas, pasillos y salones; sin embargo, de manera amigable pude entablar comunicación con el hombre, que era mirado con recelo por el Gobierno colombiano, y que empezaba a recibir las primeras críticas de los llamados «grandes medios periodísticos».

Me preguntó mi nombre, se lo dije; y desde ese momento empezó a llamarme tocayo, con simpatía; y de vez en cuando hacía presencia el buen humor del presidente Chávez, que tenía a flor de labios.

Durante los cinco minutos en que acompañé al presidente Chávez, le pregunté sobre su país, y con una amplia sonrisa me contaba que estaba trabajando las 24 horas en busca de transformar la república siguiendo el pensamiento del Libertador Simón Bolívar.

Algunas veces, durante el encuentro, el presidente Chávez preguntaba sobre nuestro país. Recuerdo que me dijo, entre otras cosas, que como periodista le contara sobre la situación social del país. Le respondí que era complicada y difícil, me manifestó que los países de América Latina tenían que trabajar de manera intensa para transformar y lograr que la justicia social reinara, y que era compromiso de los latinoamericanos recuperar la dignidad que había sido arrebatada por quienes pretendían ser dueños del mundo con la complicidad de las oligarquías de cada país. «La paz de aquí es la paz de Venezuela», dijo, entre otras frases.

Ese hombre tenía una claridad mental única, sabía sus propósitos, buscaba respuestas con los interlocutores para conocer los distintos puntos de vista sobre algún tema de interés buscando interpretar una realidad.

Cuando pasábamos por el salón de las banderas, poco antes de salir de la Casa de Nariño, transitaba un reportero gráfico de la sede presidencial, y le dijo: «Amigo, tómanos una foto». Con su sonrisa amplia me estrechó la mano, y me dijo «posemos».

Esta foto, días después, la recibí de parte del fotógrafo; y todavía la guardo con admiración por un presidente que, así como entablaba una amable comunicación con un periodista, lo hacía con la gente del común, situación que lo llevó a ganarse el corazón de los venezolanos, que hoy lo recuerdan como el hombre que transformó a ese país; y que logró su objetivo principal: le recuperó la dignidad a los venezolanos.Casa de Nariño5Plaza de Armas de la Casa de Nariño, por donde salió el presidente Hugo Chávez.