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«LAS CHAPETAS DE TULUÁ»CON EL SAZÓN IDEAL

Chapetas 1La delicia de la gastronomía vallecaucana en la mesa para el disfrute.

 

 

Carlos Andrés Lucero Carmona

 

Enviado Especial

 

Primicia. Tuluá

Pocos conocen quien prepara los alimentos que consumen semanalmente los visitantes del escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal, en su finca del Valle del Cauca, adonde acuden presidentes, expresidentes, ministros, embajadores, industriales, comerciantes, políticos y otros representantes de la sociedad colombiana.

Pocos o nadie se imaginan que las delicias que consumen a manteles son elaboradas por un grupo de personas en un restaurante humilde de la ciudad de Tuluá, el cual se abre solamente los sábados y domingos. Allí acuden muchas personas que adquieren con la respectiva anticipación los alimentos que en ese lugar se preparan.

«Las chapetas de Tuluá» es una tradición de la cocina desde hace muchos años, iniciada por la matrona Elisa Lozano, reconocida por la venta de una excelente y exquisita fritanga ─la chapeta─ los días domingos.

La tradición fue continuada por su hija, Luisa Lozano García, quien murió a los 85 años. «Las chapetas de Tuluá» son toda una tradición familiar en el barrio Salesianos, adonde acudían en las décadas de los 80 y 90, entre otras personas, el congresista Carlos Holmes Trujillo, el expresidente Carlos Lleras Restrepo, el exdesignado Gustavo Balcázar Monzón, el exgobernador Marino Rengifo Salcedo, el exministro Francisco Becerra, el periodista cubano José Pardo Llada y el periodista tulueño Gustavo Álvarez Gardeazábal, entre otros.

Luisa Lozano García, en una de las frecuentes visitas a Álvarez Gardeazábal, le aconsejó que se lanzara como candidato a la Alcaldía de Tuluá; el escritor siguió al pie de la letra el consejo, que lo llevó a triunfar como alcalde de su tierra y  logró el triunfo en el ámbito regional, donde alcanzó a ser elegido gobernador del Valle del Cauca.

Entre los sabios consejos para la preparación de los exquisitos platos «Las chapetas de Tuluá», están  al pie de la letra: mezclar los ingredientes con la mano; usar leña de guayabo para el fogón, pues el humo dulce le da un sabor especial; y tener paciencia, pues tres horas tarda la preparación del plato.

Quien podría imaginarse que la fabrica  de  los exquisitos platos que degustan los invitados del Maestro Gardeazábal, como le gustan que le llamen, se realizan en un modesto restaurante con los secretos de la gastronomía vallecaucana.La fabrica de empanadas  a cargo de unas simpaticas y atentas tulueñas no se imaginan que son los pasabocas degustados por  los personajes más importantes del país que llegan a visitar al periodista y escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien se apodera de la producción con una reserva anticipada.

Chapetas 3La fabrica de empanadas  a cargo de unas simpaticas y atentas tulueñas no se imaginan que son los pasabocas degustados por  los personajes más importantes del país que llegan a visitar al periodista y escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien se apodera de la producción con una reserva anticipada.

chapetas 4Las velocidades en la cocina son increíbles para poder atender la intensa demanda.

Chapetas 5En este sencillo fogón en plena vía pública se fabrica las empanadas que mayor demanda tienen en el occidente colombiano.

Chapetas 6«Las chapetas de Tuluá» han sido condecoradas hasta por el Congreso de la República. Tuvimos la oportunidad de leer un pergamino firmado por el polémico senador  Juan Manuel Corzo, donde se destaca el sitio como el mejor de Colombia.

Chapetas 2Finalmente pudimos saborear una excelente carne preparada con una receta que se niegan a revelar «Las chapetas de Tuluá», por ser un secreto de las diferentes generaciones para el gusto de los colombianos.