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VÍCTIMAS ESTRENAN VIVIENDA

Lidia VargasLidia Vargas, besa uno de los muros de su vivienda, es oriunda de Barranquilla, llegaba hace 9 años a la Palma, Cundinamarca, con su esposo, ante las amenazas de muerte. Vivía de arrendo en un cuarto pequeño y vivió allí con sus 3 hijas.


 

 Flor Pava, Doris Contreras,Lidia Vargas y Gloria Castaño tienen algo en común: han sido víctimas del conflicto armado en el país. Por más de 9 años, cada una ha tenido que sufrir en carne propia el flagelo del desplazamiento.

Sus vidas y familias se cruzaron. Ahora serán vecinas y compartirán el conjunto residencial donde están ubicadas sus nuevas viviendas que, gracias al Subsidio Distrital de Vivienda en Especie (SDVE) de la Secretaría del Hábitat, lograron comprar.

«Estamos felices porque tenemos esta casa y nos dieron vida», dice Nicol Castaño, una niña de 8 años que añoró tener por primera vez un cuarto único para ella y sus hermanos.

Y es que esta pequeña y su abuela, doña Gloria Castaño, han tenido que desplazarse por varios municipios buscando un hogar, un empleo y un lugar alejado de los actores armados.

«Nací y me crié en Risaralda, pero me casé y me fui a vivir a los Llanos. Allí mataron a mi esposo y se llevaron a un hijo. Nos dijeron que teníamos que desocupar o también nos llevaban», dice doña Gloria Castaño, madre de una beneficiaria del Subsidio Distrital de Vivienda en Especie.

Mientras doña Gloria huía por su vida, Lidia Vargas, oriunda de Barranquilla, llegaba hace 9 años a la Palma, Cundinamarca, con su esposo. Pasaron 37 días de su llegada y tuvo que salir, por amenazas, hacia Bogotá donde arrendó un cuarto pequeño y vivió allí con sus 3 hijas.

«Voy a dejar de pagar arriendo. Ya tenemos un techo y nadie nos va a molestar. Les voy a dejar un techo a mis hijas», asegura Lidia a quien sus compañeras la conocen como la ‘costeña’.

Algo similar le pasó a Flor Pava. Pasó 13 años « de un lado a otro». «Muy contenta y agradecida por todas las personas que nos ayudaron. Me siento muy contenta porque ya tengo donde dormir», afirma.

Gracias al subsidio distrital de Vivienda en Especie de la Secretaría del Hábitat, estas cuatro mujeres víctimas del conflicto armado lograron el cierre financiero que les permitió comprar su vivienda de interés prioritario en un conjunto residencial en Sibate (Cundinamarca).

Familia Castaño«Nací y me crié en Risaralda, pero me casé y me fui a vivir a los Llanos. Allí mataron a mi esposo y se llevaron a un hijo. Nos dijeron que teníamos que desocupar o también nos llevaban», dice doña Gloria Castaño

Flor Pava Flor Pava. Pasó 13 años «de un lado a otro»”. «Muy contenta y agradecida por todas las personas que nos ayudaron. Me siento muy contenta porque ya tengo donde dormir»