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EN COLOMBIA: DISPARAN A LA PAZ

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Lamentable la posición del Centro Democrático con el ahora desmemoriado Álvaro Uribe Vélez que insiste en su discurso hostil a los acuerdos, argumentando impunidad pero olvidando que él hizo todo lo posible, hasta lo imposible, para que los paramilitares se desmovilizaran sin castigo.

Intentar la paz es la premisa si queremos seguir disfrutando de un paraíso llamado Colombia.

Fred Emiro Núñez Cruz

Primicia

 

Es increíble oír, ver y leer a tantos colombianos en el safari de la opinión disparándole al proceso de paz, como si intentarlo fuera pecado mortal, con argumentos que tal o cual expresidente lo quiso y no logró. Lo que es más lamentable aún, la posición del Centro Democrático con el ahora desmemoriado Álvaro Uribe Vélez que insiste en su discurso hostil a los acuerdos, argumentando impunidad pero olvidando que él hizo todo lo posible, hasta lo imposible, para que los paramilitares se desmovilizaran sin castigo. ¿Hay alguna diferencia entre estos dos letales grupos? Los dos comenzaron con objetivos claros y terminaron valorando más la posibilidad del enriquecimiento por encima de los ideales. Ahora bien, si los primeros contaron con garantías con la tesis de la necesidad urgente de parar sus acciones, los segundos, que también son colombianos, tienen el mismo derecho. Obvio, y siempre sí, debe buscarse en la mesa de la Habana el mecanismo de cese el fuego y las condiciones las debe imponer el gobierno como lógica de la institucionalidad, púes en ningún país del mundo quienes actúan al margen de la Ley dan las condiciones del diálogo, de otra manera estaríamos como la canción de Shakira; sordos, ciegos y mudos expuestos al peor postor.

Nicaragua, hoy poco amigo nuestro, nos presta su historia para que analicemos los pros y  contras de un acuerdo negociado y cada nación del orbe que haya sido sometida a estos trances es sabedora de los sacrificios individuales, colectivos y de aplicabilidad de justicia que se han estirado como caucho caliente para firmar un nuevo ciclo de convivencia. Sudáfrica es otra razón que nos entra al pasillo del entendimiento, al no ser que los negociantes de armas, que los hay en el contexto legal como ilegal, estén jugando un papel preponderante en el asunto. Entonces tendríamos que auscultar cuantos otros intereses mortales estarían atentando contra el propósito de la paz en Colombia.

Otro detonante son los medios de comunicación que se han pasado al rango de protagonistas y se olvidaron de su condición de saber informar y no fungir como jueces que condenan y absuelven a quien se les venga en gana, como lo vienen haciendo con este proceso de paz. Si bien es cierto que los programas de opinión son para discutir y sentar posiciones, deliberadamente varios de ellos, con los mismos invitados, se creen esenciales para poner contra las barandas a un gobernante. Yo diría que los periodistas y comunicadores debiéramos limpiar el camino y el escenario para sacar de continuidad a tanto negociante del oficio que son el lunar de la otrora profesión que le daba lustre al concepto y trascendía sin cuestionamientos

En la patria Boba, nos deben doler los crímenes de tantos compatriotas, sin importar los estratos sociales, sistema que atomizó los derechos de nosotros los mortales, los soldados de la patria deben dejar de ser carne de cañón, nuestros campesinos tienen derecho a disfrutar sus parcelas, la tierra es de quien la trabaja y nunca de sus hurtadores a ultranza, los niños tienen derecho a su educación por muy distante que sea el lugar, las minas que mutilan a tanto inocente deben desaparecer, queremos más recursos para la prosperidad que para la guerra. Que el citadino sea de la ciudad y quienes aran la tierra sean respetados con los mismos cánones y garantías. Es menester que cada colombiano se movilice cuando quiera y por donde desee. ¿Si todo lo anterior es castrado por culpa del conflicto armado, entonces porqué y paraqué le disparamos a la paz?

Si deseamos una mejor vida, un mejor país, a todos nos toca poner una cuota de sacrificio, de incomodidad o inconformidad. Intentar la paz es la premisa si queremos seguir disfrutando de un paraíso llamado Colombia. Que Dios sea nuestro mejor aliado.