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LOS MISMOS CON LAS MISMAS

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Definitivamente la variación en el nuevo Congreso será de menos del 20 %, lo que indica que seguirá reinando la clase política que se ha tomado las instituciones desde hace muchos años en Colombia.

 

Según varios académicos, la composición  del Congreso  es una farsa donde la propiedad de las curules está «escriturada» a diferentes empresas electorales, que a través del manejo político, económico y social disponen  quiénes pueden ocupar la representación «popular», como la hacen llamar.

 

La actual campaña en regiones como la costa Atlántica, Bogotá, Valle del Cauca, Antioquia, los santanderes, entre otras, lleva el tinte del tráfico de recursos legales e ilegales e impiden que la democracia se pronuncie, y facilita que se consolide una mafia electoral que maneja a sus antojos las elecciones en todos los campos.

 

No es raro conocer cómo se maneja con recursos públicos y de dudosa procedencia a los llamados «líderes», quienes desarrollan actividades únicamente durante épocas electorales para complacer la necesidad de quienes quieren pasar a la historia por representar una comunidad, región, partido u organización.

 

Por esos y otros motivos la mayoría de los colombianos se  abstiene de votar, constituyéndose en una mayoría silenciosa que protesta de esa manera contra el desafuero de quienes se disfrazan de políticos para cometer toda clase de delitos.

 

El llamado realizado por organizaciones nacionales e internacionales para denunciar la injerencia de las bandas criminales en la jornada electoral no ha tenido audiencia en el Gobierno nacional, y mucho menos en los organismos de control, que, a la vez, tienen el manejo de la maltrecha clase política que se encuentra en la dirigencia de los diversos partidos políticos.

 

El fraude, según esas organizaciones, marcha a buena velocidad y seguramente las elecciones serán cuestionadas cuando se empiece a detectar cada una de las acciones ilegales que tienen como único propósito manipular la determinación popular.

 

Es por ello que la mayoría de los colombianos aspiramos a alcanzar la paz, y buscar los mecanismos para combatir el origen de la guerra, que han sido la desigualdad y la injusticia social.

 

Entre los mecanismos es necesario la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente para que proceda a elaborar una nueva Constitución Política ante la serie de reformas que ha sufrido la actual por los congresistas, que solo trabajan en beneficio particular y en contra de la gente.

 

En esa asamblea debe garantizarse la libre representación y acabarse con las mafias políticas que tienen sometido al país.