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NOTA EDITORIAL: ABUSOS

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ABUSOS

Hay extranjeros que llegan a Colombia, hacen y les permiten hacer lo que les viene en gana, «sin Dios y sin ley». Los violadores de nuestras leyes, con la complicidad de algunas autoridades, son, en su mayoría, venezolanos que han llegado a nuestro país luego de limitárseles su mal comportamiento en esa Nación.

Sin embargo, han llegado por montones los llamados «burgueses», acostumbrados a manejar todo, sin recibir recriminación alguna. Su dios es el dólar.

Ahora los extranjeros deberán tener una norma de conducta en Colombia, como lo ordena la ley, para estar en nuestro territorio, en caso contrario serán expulsados como lo hicieron con dos integrantes de la ultraderecha venezolana, que venían cometiendo toda clase de desafueros hasta que las autoridades actuaron con determinación y en defensa del país.

Sin embargo, en Colombia es este absurdo comportamiento de los vándalos venezolanos capturados en flagrancia cuando violaban la ley. Quieren convertirlos en héroes, así como  convirtieron a los autores de la oscura página de la historia de Colombia de los llamados falsos positivos.

Colombia debe ser estricta en el cumplimiento de las normas para los extranjeros, así como en el extranjero  aplican las normas para los millones de colombianos que hoy habitan en diversos países del mundo.

Colombia se ha caracterizado por ser un buen anfitrión y los visitantes que llegan a nuestro país, al recibir el calor humano, consideran a Colombia como un destino para regresar.

Otros extranjeros de diferentes nacionalidades también han llegado a Colombia, pero a diferencia de los venezolanos su comportamiento es ejemplar, y se dedican de lleno a sus actividades comerciales, industriales y de estudio, según el reporte de la Cancillería.

Lástima que algunos apátridas busquen como conducta respaldar a visitantes no gratos y quieren empacárnoslos como víctimas cuando las autoridades han comprobado su historial delincuencial. Colombia, ante todo, debe hacer respetar la dignidad de un pueblo.