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NOTA EDITORIAL: ASAMBLEA CONSTITUYENTE

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Antes de iniciar labores el nuevo Congreso ya ha sido cuestionado por muchos   sectores de la sociedad, incluso varias personas han denunciado fraude en la elección de los nuevos «padres de la patria».

Es grave que esta situación suceda en un país que se jacta de tener la democracia más sólida de Latinoamérica. Las autoridades deben aclarar caso por caso para evitar que se sepulte toda la credibilidad de las instituciones.

Las versiones sobre el financiamiento de campañas con dineros de la mafia, el narcotráfico y los criminales de lesa humanidad son graves para nuestra imagen de colombianos, tanto en el interior como el exterior.

De ser ciertas las acusaciones, la clase política no aprende las lecciones dejadas por la «parapolítica» y el narcotráfico.

Para los próximos días se anunció la entrega de documentos que complementan las denuncias sobre el fraude fraguado en diversos sectores, que favorecieron a unos y perjudicaron a otros.

Pero aparte de esta puntual y grave situación, las instituciones colombianas atraviesan por la mayor crisis teniendo en cuenta la pérdida total de la credibilidad.

Los tres poderes públicos de Colombia necesitan una reforma total y absoluta para recuperar la confianza ciudadana.

Las medidas se pueden tomar y adoptar mediante la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, que pueda redactar una nueva Constitución si se tiene en cuenta que la actual dice todo lo contrario de lo aprobado en 1991, por la serie de remiendos y reformas hechas por congresistas cuestionados.

En la Constituyente se debe garantizar la presencia de todos los sectores, para tomar determinaciones definitivas, entre ellas la paz para acabar con la guerra que registramos desde hace más de medio siglo.

Colombia no aguanta más la crisis, que se traduce en la afectación de los más vulnerables para favorecer intereses económicos mezquinos, que han llevado a un pueblo a la miseria en todos los aspectos.

El país debe tomar medidas radicales para reformar los poderes públicos, que en la actualidad registran altos índices de desconfianza por parte de los colombianos, de acuerdo con los sondeos sobre el tema realizados por la academia y algunas firmas encuestadoras.

En consecuencia, la única e inmediata salida que tiene Colombia para limpiar su deteriorada imagen es la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.