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SIMÓN TRINIDAD

simonEl día en que las autoridades colombianas entregan al guerrillero a las autoridades de Estados Unidos, donde fue juzgado y condenado.

SIMÓN TRINIDAD

La delegación de las FARC presentó un informe sobre  el guerrillero Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda «Simón Trinidad quien se encuentra confinando desde hace 10 años en una cárcel de alta seguridad de  Estados Unidos. Los negociadores del grupo rebelde reclaman la libertad del guerrillero preso.

La Habana

Sede de los diálogos de paz

El escrito presenta el relato de lo acontecido por el guerrillero que hizo parte  de una de las familias más pudientes de  la costa atlántica. El relato textual  es el siguiente:

«Yo no tengo garantizado el derecho a la defensa; no me permiten
enviar documentos a mi abogado ni a los jueces en Colombia, donde pruebo
mi inocencia; eso lo tienen que denunciar mis compañeros ante la
delegación del gobierno en La Habana. Ni siquiera me permiten hablar con
el CICR»/, así protesta Simón Trinidad, encadenado, desde el inframundo
de la prisión de máxima seguridad de Florence, Colorado, Estados Unidos,
ante un juez que lo procesa desde la ciudad de Neiva, Colombia.

Diez años de infamia completa ya, confinado, tras las rejas del imperio,
el destacado combatiente de las FARC-EP, sin doblegarse, sin quebrarse,
y sin ningún pestañeo de duda en su conciencia, pese a los tratos
crueles y degradantes a que ha sido sometido por las autoridades
estadounidenses.

Simón fue extraditado por la perfidia del ex presidente Uribe,
comandante supremo del paramilitarismo en Colombia, personaje siniestro
consentido por Washington a pesar de estar incurso en crímenes
internacionales, de guerra y de lesa humanidad. Y fue extraditado Simón
violando el precepto constitucional que prohíbe la extradición de
nacionales por motivaciones políticas.

Como no lo podía enviar a los Estados Unidos por rebelión, el señor
Álvaro Uribe Vélez, en un acto de venganza y chantaje, asociándose para
delinquir con la inteligencia militar y el Fiscal General, Camilo
Osorio, montó y fabricó el falso positivo, el cargo mentiroso de
narcotráfico, para lograr el repulsivo propósito.

De esta manera fue extraditado Simón por un gobierno mafioso. El país
recuerda su imagen cuando era conducido por los gringos al avión, con el
ademán de levantar sus puños esposados y lanzando vivas a Bolívar, a
Manuel Marulanda y a las FARC.

Allá en los tribunales del norte, acusado en una lengua extranjera,
derrotó con argumentos irrebatibles la mentira, a desertores y a
testigos falsos llevados desde Colombia. Con la asesoría de su defensor
de oficio, el abogado Robert Tucker, Simón Trinidad fue absuelto en los
Estados Unidos del cargo de narcotráfico, derrotando la manipulación de
jueces inicuos como Joyce Lamberth.
Pero los Estados Unidos, empeñados como estaban en lanzar una «señal
fuerte» a las FARC, resolvieron condenar a Simón por un hecho en el que
jamás participó: la captura de tres mercenarios gringos que trabajaban
para la CIA, luego del derribamiento en las selvas del Caquetá de la
aeronave en la que realizaban inteligencia técnica contra las FARC. Para
poderlo inculpar se inventaron que Simón Trinidad era integrante en ese
entonces del Estado Mayor Central de las FARC. Percatado el FBI de que
dicho argumento era inverosímil, desistió de presentar como prueba un
video del lanzamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia
del año 2000, previamente manipulado por ellos, en el que hacían
aparecer a Simón como integrante del Estado Mayor Central de las FARC.

Aun así, Simón Trinidad fue condenado, después de dos juicios viciados,
a 60 años de prisión en una cárcel subterránea donde no ve el sol, ni
tiene derecho a la noche: la prisión de máxima seguridad de Florence,
donde recluyen a los peores criminales; y como está acusado de
terrorismo, que en Estados Unidos es el peor de los delitos, es sometido
diariamente a la violación total de sus derechos como ser humano.

El vergonzoso tratado de extradición, mediante el cual Colombia cede su
soberanía jurídica a una potencia extranjera, dice que no se puede
condenar al nacional extraditado a cadena perpetua. Pues bien: Simón
tiene 60 años, lo cual quiere decir que lograría su libertad a los 120
años de edad. ¡De hecho una cadena perpetua! Sin embargo, no se conoce
ninguna interpelación ni protesta del sumiso gobierno colombiano.

Simón no solamente está sepultado vivo en Florence Colorado. Su
incomunicación es total, no tiene asistencia médica adecuada, le
quitaron las gafas, y unas cartas de jugar Solitario; siempre es
conducido encadenado de pies y manos a las audiencias; no tiene derecho
a un periódico, a un libro; en esas condiciones recibió la triste
noticia de la muerte en un bombardeo de la CIA en el Putumayo de su
compañera Lucero y de su hija Alix. No le permiten acceder a los
expedientes para su defensa en Colombia, y la embajada en Bogotá niega
sistemáticamente a su abogado, el jurista Ramiro Orjuela, la visa para
poder visitarlo. Mientras tanto, la esquizofrénica justicia colombiana,
que le ha abierto 104 procesos, sustenta sus acusaciones en la
afirmación falaz de que el guerrillero pertenece al Estado Mayor Central
de las FARC. Ni el gobierno, ni los organismos de inteligencia, ni el
CTI de la Fiscalía, ni nadie, tiene pruebas de su participación en los
hechos que se le imputan; no hay elementos probatorios, por eso algunos
jueces han precluido los procesos declarándolo inocente.

Desde La Habana, Cuba, la Delegación de Paz de las FARC-EP, urge al
CICR-Suiza, una visita humanitaria a Simón Trinidad en la prisión
estadounidense donde se encuentra confinado.

Instamos al gobierno colombiano a que posibilite a Simón, en su
condición de integrante de la Delegación de paz de las FARC,
intercambiar con sus compañeros en La Habana.

Este es un S.O.S a todas las organizaciones defensoras de derechos
humanos en el mundo, a los juristas y expertos en Derecho Internacional
Humanitario, a las organizaciones políticas y sociales de los cinco
continentes, a la ONU, UNASUR, CELAC, al Vaticano, a las iglesias, a los
premios nobel de paz, a la gente de bien, a pedir la libertad inmediata
de Simón Trinidad y a exigir, mientras esto ocurre, a las autoridades
norteamericanas, mejorar sus condiciones de reclusión.

Al gobierno colombiano, que ha hecho poco o nada efectivo, por la
excarcelación de Simón; que no hace gestos de paz como su contraparte en
la mesa de conversaciones; que no sabe de reciprocidad, lo invitamos a
que actúe con determinación. A que tome en sus manos el recurso jurídico
del exequátor para que le sea homologada la pena, de tal forma que pueda
purgarla en su patria, y que una vez allí, las autoridades judiciales
libren las autorizaciones para que pueda trasladarse a La Habana, a
jugar papel protagónico en la construcción de la paz, como lo hemos
reclamado».

DSC05708La única colombiana que se le ha permitido visitar al guerrillero Simón Trinidad es la exsenadora Piedad Córdoba en 2007.

Negociador de las FarcEl guerrillero Simón Trinidad cuando actuó como negociador del proceso de paz en El Caguán.