La sangre de los libros sirve para que un joven se anime a leer los clásicos, sólo por eso, habrá merecido la pena escribirlo.
Jorge Consuegra
Santiago Posteguillo, el autor de Los asesinos del emperador, escisión y Circo Máximo se sumergió en el mundo de los libros para mostrar el drama de escritores del mundo.
Nuestro invitado:
– ¿Cuál de sus libros han colmado realmente tus expectativas como historiador, investigador y escritor?
– Mi sensación es que mis novelas de la trilogía de Trajano es donde he conseguido la madurez como escritor e investigador. Creo que en Los asesinos del emperador y Circo Máximo he conseguido llevar mi ideal de unir historia y ficción hasta el novel que deseaba. Por otro lado, en La sangre de los libros, el más reciente, creo que he logrado también un tono aún más consistente a la hora de hacer relatos sobre diferentes momentos de la historia de la literatura universal.
– ¿Se siente una inmensa responsabilidad ante los lectores el escribir sobre historia?
– La verdad es que sí. En mi caso me gusta ser muy fiel a los hechos históricos y esto en ocasiones cercena la imaginación literaria. Hay que buscar formas para que la historia resulte vibrante al contarla tal cual fue. Cierto es que también la historia, con sus enormes sorpresas, contribuye a veces por sí sola a la espectacularidad del relato.
– ¿Cuál historia del mundo le gustaría escribir?
– Tengo en mente varias novelas más sobre Roma, entendiendo que para mí Roma abarca desde la legendaria fecha de su fundación allá por el siglo VIII a.C. hasta el 1453 con la caída de Constantinopla. Y, más allá de Roma, me gustaría escribir una historia sobre España y América Latina. Ando reuniendo información poco a poco, madurando esta idea.
– ¿Ha pensado, de pronto, en escribir sobre la historia de alguno de los países de América?
– Bueno, pues como apuntaba al final de la respuesta anterior, esa idea bulle por mi cabeza con cada vez más fuerza, pero no me gusta concretar para no despertar expectativas que igual luego no son satisfechas. Es complejo decidirse a escribir sobre un asunto u otro. Voy a pasar después años con ese tema así que la decisión debe ser muy meditada, pero, sin duda, América Latina merece muchas novelas. Muchas trilogías.
– ¿Sobre qué héroes de América le gustaría escribir un libro?
– Me gustan sobre todo aquellos que pugnaban por mantener el imperio español pero no contra las poblaciones de los países de América Latina, sino contra invasiones de otros imperios europeos. Por supuesto, los libertadores son personajes también de gran impacto, pero me llaman, por el momento, más la atención esos militares que defendían, con mucho acierto y valor, la cultura hispana frente a otras.
– ¿Cómo nació la idea de escribir La sangre de los libros?
– Hace unos años ya publiqué La noche en que Frankenstein leyó el Quijote donde ya abordo esta forma diferente de explicar la literatura: voy desde lo anecdótico hacia lo substancial. Pero en La sangre de los libros creo que no es ya desde lo anecdótico, sino que mi énfasis en cada relato está en el ser humano que en cada escritor o escritora. Muchos grandes autores ven eclipsada su propia vida por el impacto de sus grandes obras. La idea es que en La sangre de los libros los lectores se encuentren con los seres humanos que escribieron grandes maravillas de la literatura universal con la esperaza de que luego quieran aún leer con más interés esas obras.
– ¿Cuántos meses duró su proceso de investigación del libro?
– Años, pero de una forma diferente al de mis novelas histórica sobre Trajano o Escipión. Para La sangre de los libros, como antes para La noche en que Frankenstein leyó el Quijote, me he basado en mis 23 años como profesor de literatura en la Universidad Jaume I de Castellón, en España. Llevo todo ese tiempo intentando explicar la literatura desde la vida de los escritores, desde sus secretos, miserias o grandezas y recopilando muchos datos que ahora he pasado de mis clases a novelarlos en treinta relatos sobre grandes y especiales momentos de la historia de la literatura universal.
– ¿Qué fue lo más complicado en el proceso de redacción del libro?
– Decidir quién entraba en el libro. Decidí que hubiera escritores y escritoras, de diferentes tradiciones literarias (en lengua española, francesa, rusa, portuguesa, inglesa, alemana…); que hubiera novelistas, dramaturgos, poetas y hasta atores especializados en el relato corto. Con estas variables creo que, sabiendo que muchos grandes quedan fuera de la selección, al menos así se consigue una perspectiva vital, viva y variada sobre la literatura de todos los tiempos, desde la Roma de Cicerón a la ciencia ficción de Isaac Asimov.
– ¿Qué personajes se metieron en su piel al escribir este libro?
– Muchos, pero un Pessoa a quien no le quieren publicar sus poemas o una Charlotte Brontë sola, abandonada por todos y que pese a ello se rehace y nos regala Jane Eyre son personajes que estarán ya conmigo para siempre.
– ¿Hay más tragedia que triunfos y logros de los escritores?
– Hay de todo. Es cierto que en La sangre de los libros he puesto el énfasis en la tragedia que muchos de ellos vivieron, pero como lección que debemos aprender: pese a los obstáculos a veces insoslayables los grandes genios nos e arredran, sino que siguen y siguen en su empeño hasta la victoria. Casi siempre.
– ¿Qué vidas de qué escritores le impactaron mientras estaba en el proceso de investigación?
– El hara-kiri o sepuku de uno de ellos, no diré quién, o la muerte por VUH de otro de ellos (tampoco diré quién), me impresionaron. Desconocía ambos sucesos y me resultó muy emotivo recrearlos en relatos novelados. Espero haber capturado la esencia de estos autores, su sufrimiento y su valor.
– ¿Este es un libro escrito para especialistas o para todo tipo de lectores?
Para ambos. Los especialistas pueden tomarlo como un gran trivial literario, pues no suelo desvelar al principio de casi ningún relato de qué autor estoy escribiendo, de forma que los expertos pueden jugar a ver en qué momento averiguan de quien se trata. Espero que incluso para ellos haya alguno o varios relatos sorprendentes y que, por otro lado, disfruten de las recreaciones históricas de cada cuento. Por otro lado, los neófitos, lo no expertos en literatura pueden disfrutar con el entretenimiento de cada relato porque suele haber siempre en cada uno un suceso sorprendente e impactante. De hecho en España La sangre de los libros se usa en clubes de lectura o en institutos de enseñanza secundaria para promover el interés por la lectura entre los más jóvenes, algo que me ha llenado de orgullo. Si La sangre de los libros sirve para que un joven se anime a leer los clásicos, sólo por eso, habrá merecido la pena escribirlo.
Santiago Posteguillo, el autor de Los asesinos del emperador, escisión y Circo Máximo se sumergió en el mundo de los libros para mostrar el drama de escritores del mundo.