Editorial, Opinión

BOGOTÁ TOCÓ FONDO

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Difícil es la situación que afronta Bogotá como consecuencia de la desastrosa administración, del exalcalde Gustavo Petro Urrego, quién con su característica dictatorial, hizo hasta lo imposible para sabotear el nuevo gobierno del alcalde Enrique Peñalosa.

Una ciudad que tocó fondo, es la realización más importante del autodenominado gobierno «Bogotá Humana».

Mientras tanto los habitantes de Bogotá  sufrimos la irresponsabilidad de una administración incapaz de solucionar los problemas, pero eficiente para crearlos y conducir al caos.

La movilidad es terrible y tiene a los bogotanos con los nervios de punta, como consecuencia de los eternos trancones, que extienden durante todo el día en todos los sectores de la ciudad.

Las vías públicas se encuentran totalmente destruidas, lo que ocasiona accidentes y toda clase de inconvenientes en la movilidad. Mientras tanto,las autoridades de control sostienen que la famosa    máquina tapahuecos, fue un fraude.. Unos defienden que sí sirve, y los otros, atacan con la afirmación de que no sirve.

El enfrentamiento que vive Bogotá entre la administración saliente y la entrante ayuda a ahondar la crisis, Unos y otros se acusan de corrupción, mientras la ciudadanía reclama las pruebas. Lo único que se sabe, según la sabiduría popular, es que «Cuando el río suena, piedras lleva».

Como consecuencia de la pésima movilidad y la corrupción heredada se ha descuidado por completo la seguridad, porque los hechos delictivos se encuentran al orden del día; el ciudadano del común es el afectado directamente, mientras que los funcionarios tratan de justificar lo injustificable con cifras manipuladas.

El espacio público se esta tratando de rescatar  en Bogotá a raíz del crecimiento desmedido en el anterior gobierno  de la informalidad.

Las ventas estacionarias han invadido por completo el espacio público, originando inseguridad y, sobre todo, falta de movilidad para los propios peatones.

Como si fuera poco, el sector educativo y el de la salud también hacen mella entre los bogotanos por el déficit presupuestal.

Las pomposas inauguraciones  del Gobierno Petro que a diario, durante los últimos dos meses daba al servicio jardines infantiles sin los servicios públicos, para que colapsaran en el nuevo Gobierno.

La multimillonaria contratación de personas adiestradas para sabotear el nuevo Gobierno, son entre otras las perlas de la «Bogotá Humana».

Bogotá se encuentra sumida en un abismo, donde cada día el fondo es más profundo; y por ahora los ciudadanos estamos condenados a sufrir cada una de las funestas consecuencias que nos deja el enfrentamiento de intereses personales, que han descocido los intereses colectivos.

No contento el líder de la Bogotá Humana, con el desastre de ciudad que nos dejó, ahora de nuestro bolsillo se han pagado 100 mil millones de pesos de multas por la ineficiencia de un Gobierno que sin dudarlo ha sido el peor de la historia de la capital de la República.

La esperanza de los habitantes de Bogotá, es que el alcalde Enrique Peñalosa, logre superar los obstáculos dejados por su antecesor y entre de lleno a solucionar los problemas que no dan espera.