Noticias, TOP

Las ratas: INVADEN LAS CIUDADES DEL MUNDO

La alimentación de las ratas y otros roedores es básicamente omnívora, aunque suelen haber preferencias en función de la especie. Así, los ratones tienen preferencia por los granos de cereal, leche,  la rata común por la carne y la rata negra por la fruta, la verdura, los cereales y las nueces.

 

 

 

 

Un estudio reciente se difundió en MPH online (un medio independiente que publica artículos de interés en la Salud Pública) donde se detalla las invasiones severas de roedores.

Las ratas han convivido con los humanos durante siglos y fruto de esta co-existencia fueron los responsables de propagar enfermedades como la Peste Negra, que durante el siglo XIV llegó a aniquilar un tercio de la población Europea. Hoy día siguen siendo responsables de transmitir enfermedades (directamente o a través de sus ectoparásitos) tan importantes como la leptospirosis, hantavirus, triquinosis y salmonella entre otras afecciones.

Las ratas se encuentran presentes en áreas urbanas y gracias a la forma en que los humanos establecieron las ciudades, las medidas de higiene pública y el tipo de clima, se han adaptado perfectamente a las urbes demostrándose que son el lugar ideal para que las poblaciones de roedores proliferen. De hecho, algunas ciudades incluso parecen haberse resignado al hecho de que vivir sin ratas fuese algo posible. En base a recopilación bibliográfica disponible se han establecido parámetros directos e indirectos para determinar los niveles poblacionales de ratas

Las ratas prosperan donde hay gente, pero es importante mantenerlos alejados de los ambientes interiores. En el interior son una amenaza para nuestra salud y pueden causar mucho daño tanto a los alimentos y elementos como cables eléctricos y material aislante.

Los roedores son mamíferos vivíparos, es decir, las crías se desarrollan en el interior de la madre durante unos 19-22 días y cuando se completa el desarrollo salen al exterior mediante el parto. Las crías de roedores nacen sin pelo y con los ojos y los oídos cerrados. Durante las primeras semanas se alimentan de leche materna y en 2-4 semanas en función de la especie se produce el destete. Las hembras suelen dar a luz unas 4-12 crías en cada parto, unas 20-35 crías durante toda su vida, que suele ser de aproximadamente un año. Las crías maduran sexualmente a los 2-3 meses.

Los roedores son animales territoriales que viven en colonias. Cada colonia tiene un macho dominante, una o más hembras, varios machos subordinados y las crías de camadas recientes. En este contexto, se produce una lucha constante entre los machos jóvenes y los machos dominantes por la posesión del territorio.

Los roedores tienen una actividad principalmente nocturna. En el caso de las ratas y a diferencia de otros roedores, crean madrigueras. En el caso de la rata común o de alcantarilla la madriguera es subterránea, y a medida que va creciendo la población se expande y se conecta a otros escondites creando una compleja red de túneles subterráneos. En el caso de la rata negra o de tejado las madrigueras suelen ubicarse en árboles, vigas del techo, áticos o huecos de los techos o de las paredes, y raramente son subterráneos.

La alimentación de las ratas y otros roedores es básicamente omnívora, aunque suelen haber preferencias en función de la especie. Así, los ratones tienen preferencia por los granos de cereal, la rata común por la carne y la rata negra por la fruta, la verdura, los cereales y las nueces.

Con su inagotable capacidad para roer, ratas y otros roedores pueden echar a perder gran cantidad de alimentos y elementos constructivos del edificio (cableado eléctrico, marcos de puertas, estructuras de madera, etc.). Para evitarlo, es importante impedir la entrada de las ratas al interior de los edificios, bloqueando las entradas y sellando las grietas, por pequeñas que sean.

Las roedores pueden pasar a través de oberturas muy estrechas. Así, un ratón puede pasar a través de un agujero de 6-7 mm (el diámetro de un bolígrafo) y una rata lo hace a través de un agujero de 20 mm. Además, son buenas nadadoras y buenas escaladoras, pudiendo subir y bajar por bajantes verticales.

La actividad roedora de estos animales puede causar graves daños estructurales y eléctricos en los edificios afectados. Además, pueden constituir un vector de transmisión de enfermedades a los humanos como la rabia, el cólera, la peste, la hepatitis o la salmonelosis.

El contagio de enfermedades se puede producir por contacto directo a través de una mordedura o de forma indirecta por la ingesta de alimento o agua contaminada que haya estado en contacto directo con los roedores o sus excrementos.

La actividad roedora de estos animales puede causar graves daños estructurales y eléctricos en los edificios afectados. Además, pueden constituir un vector de transmisión de enfermedades a los humanos como la rabia, el cólera, la peste, la hepatitis o la salmonelosis.