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Actriz Liliana Bacallao: DE REGRESO A LA TIERRA

Flores de variados colores contra las plagas

 

«La crónica es un cuento, pero de verdad»: Gabriel García Márquez

 

 

Texto y fotos

Lázaro David Najarro Pujol

Liliana Bacallao González se levanta cada mañana con el trinar de los gallos y la misma pasión del día anterior a pesar de las carencias que le imponen circunstancias ajenas a su voluntad.

Privaciones que la obligan, sin proponérselo, a convertirse en heroína de la cotidianidad, heroína del día a día balanceándose al borde de su alma y el amor que siente por niños, adolescentes y jóvenes que ha conocido por el azar de la vida.

 Todo comenzó una mañana triste cuando se enteró de su dolencia y decidió regresar a su isla para preservar la salud.

No lo pensó mucho, no miró hacia atrás, no se detuvo al tomar esa abrupta decisión de dejarlo todo para abrazar la tierra lejos del ardor y las apariencias que a decir  de la poetisa pampeana Olga Nilda Gugliotta, son «máscaras del sueño» que quizás Liliana labró «sobre ciegas cortezas para poder vivir».

Entonces esas mismas circunstancias que le imponía su repentina enfermedad la obligó a dar un giro de 180 grados a su vida: de las artes escénicas a campesina en la finca agro ecológica y forestal en Jimaguayú, en la provincia de Camagüey.

No caben dudas que le fascinaban las artes escénicas. La joven actriz lo demostró en disímiles escenarios en Cuba, en Suiza…, pero cuando los médicos le diagnostican la enfermedad celíaca decidió regresar a su país consciente de las complicaciones que afrontaba para alimentarse, con una afección que se caracteriza por una intolerancia permanente al gluten.

«No voy a regresar a las tablas, a las artes escénicas, sino a la tierra, a la campiña, a mis raíces, a ese universo campestre sano y natural que forma parte de mi niñez y adolescencia», fue su primera reflexión.

Y realmente Liliana ama la tierra. Lo asevera con brillo en los ojos. Siente por la tierra la misma pasión que por las artes escénicas. «Aquí todo es un arte: el arte de sembrar, caminar, mirar, observar y hasta el de respirar».

Liliana abraza una gigantesca Ceiba centenaria que forma parte del paisaje en un bosque de árboles frutales y maderables diversos, con un fabuloso micro-fauna que se presta, además, para estimular la abstracción de quienes visitan este encantador sitio bajo el trino melodioso de las aves.

Un bosque encantado con el trinar de las aves.Las hortalizas todo el año.Abrazada a la tierra.La cría de avesLiliana y sus conejos