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Editorial: GOBIERNO INDOLENTE

Editorial: GOBIERNO INDOLENTE

Un proverbio de los antiguos habitantes de las Américas dice que «la Tierra no pertenece al hombre, sino el hombre a la Tierra», y pese a ser una axioma de importancia vital, la humanidad, sobre todo el hombre que consideramos más civilizado y dueño de la mejor y más avanzada tecnología, lo ha olvidado, erigiéndose en dueño y señor de todo lo creado. Sin duda, ha interpretado erróneamente el sentido de la creación, creyéndose su «rey», y ha puesto la Tierra, la naturaleza, a su servicio.

Lo más triste es el daño que ocasionan gobiernos tomados por la corrupción, que desde el mando impulsan sin tregua la minería,  el fracking o fracturación hidráulica es una técnica no convencional para extraer petróleo y gas del subsuelo, ocasionando daños.

Hoy Colombia se encuentra amenazada por el crudo invierno que se presenta.

El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es un grupo de islas del mar Caribe pertenecientes a Colombia, conformando el único departamento de este país sin territorio continental. Este conjunto de islas, cayos e islotes se localiza sobre una plataforma volcánica del Caribe suroccidental, a unos 720 km del noroeste de la costa colombiana y a 110 kilómetros de la costa nicaragüense.

El gobierno indolente ha tenido a San Andrés como un lugar para producir impuestos con el turismo, pero en materia de obras nada de nada. El abandono es total.

Llegó la hora que San Andrés y el  archipiélago emblema de Colombia  tengan como objetivo de todos la recuperación de su economía y a la protección de su tesoro más valioso la gente.

La isla quedó en ruinas señalan sus habitantes que han vivido un durísimo fin de semana.

Es  evidente el abandono del Estado y el Gobierno con Chocó y San Andrés, al carecer de planes de emergencia. La prevención es una palabra que no conoce el Gobierno, por eso tantos damnificados por el huracán. ¡Indolencia en el poder!

Llegó la hora de exigir a los que han tomado el poder una acción decidida en favor de los isleños que sí hacen parte de Colombia y no hay porque dejarlos solos para afrontar esta nueva calamidad (aunque el Gobierno Nacional ni sepa que existen).

Ojala el fallido gobierno colombiano deje a un lado el turismo en los sitios de tragedia y se dedique a trabajar en su recuperación y no se llegue al olvido, como ha sido la conducta de este gobierno indolente.