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Gerney Ríos González : MEDALLA DE ORO CONTRA LA CORRUPCIÓN

El senador y catedrático universitario Héctor Heli Rojas, al imponer al profesor Gerney Ríos González la condecoración Luís Carlos Galán de Lucha Contra la Corrupción.

 

 

 

No es nueva la corrupción. En 1823, el Libertador Simón Bolívar, presidente de Colombia, se vio precisado a dictar un decreto por el cual se imponía irremisiblemente la pena de muerte, a quienes se apropiaran de los fondos del erario público.

Los vicios de los anti ciudadanos y anti patriotas, nacen con la misma República. Siempre el dinero gubernativo ha tentado el corazón de los ambiciosos y es poca la ley para el merecido castigo de los corruptos.

Los billones de pesos depositados anualmente por los contribuyentes colombianos, van a parar a los bolsillos de los corruptos. Al desviar el recaudo porque de él se apropian los inescrupulosos, vienen indefectiblemente las fallas en la asistencia de salud, educación, vivienda y empleo para los nacionales necesitados de esta protección estatal.  Así, se anuncia el cierre de hospitales y clínicas oficiales, no se construyen escuelas, los rubros para vivienda se estancan y aparece la protesta de los educadores, de las gentes necesitadas de elementales servicios, mientras que los deshonestos llenan sus alforjas a reventar.

La Controlaría General de la República, el 13 de octubre de 1999 manifestó en el senado cómo en el último lustro del siglo XX el saqueo de los recursos públicos equivalió a más de $ 13 billones, lo cual haría que esta especie de «cáncer» devorara un promedio de $ 8.904 millones diarios, mientras el conflicto guerrillero  equivalía a $ 5.875 millones diarios.

Razón tenían los antiguos cuando afirmaban «el poder corrompe y el poder excesivo corrompe excesivamente», frase que resume lo sucedido al Estado colombiano en materia de corrupción.

La corrupción se origina por multitud de causas. Parte de la discrecionalidad de algunas autoridades, que no tienen reparos en conceder permisos, expedir papeles sin el trámite de requisitos legales, tomar decisiones por encima de la ley, preferir a clientes con sobornos o bajar las restricciones en asuntos vedados a los particulares, cuando hay dineros de por medio. Al darse la oportunidad o «papayaso” en los funcionarios, penetra de hecho la deshonestidad y ella alarga sus tentáculos, al no encontrar sanciones fuertes en su momento. Otra de las causas, es la debilidad de las instituciones y la ley; donde falla la justicia e impera el mandato ilegal, la corrupción hace su entrada triunfal. Con el incumplimiento de las normas se agiganta el fenómeno y la permisividad es el común determinante de la actuación oficial.

Colombia es sobornada a diario, entendida la modalidad como una actividad ciudadana hacia funcionarios inescrupulosos, acostumbrados a recibir la coima, «la palada»  o la comisión, por cualquier trámite oficial. Internacionalmente y por este aspecto, el país es una república con muchas normas si, pero ninguna se cumple.

Fuente alimentaría de la corrupción es el narcotráfico. La economía subterránea penetró de igual manera, la majestad de la justicia; el soborno a jueces y magistrados es una realidad., muchas veces denunciada, vox populi, pero no investigada a fondo. La impunidad es el imperio del miedo, amenaza, compra de falsos testigos, declaraciones torcidas, en perjuicio de la recta aplicación de este principio institucional y constitucional.

En tal sentido, para generar un ámbito de positivismo y una conciencia colectiva que contrarreste este cáncer, el Congreso de la República creó la condecoración «Medalla Luís Carlos Galán Sarmiento» de lucha contra la corrupción que por concurso de méritos y en cumplimiento de la Ley 668 de 2001 le fue otorgada al escritor GERNEY RÍOS GONZÁLEZ. La evaluación de más de mil participantes fue realizada por las Comisiones de Ética de Senado y Cámara, constituyéndose la misma en la más seria y responsable por el significado de principios éticos y valores morales que allí se evalúan y califican.

Juan Manuel Galán Pachón expresó que la esencia de la condecoración constituye un homenaje a quien entregó su vida combatiendo a los corruptos. Esta circunstancia y tratándose del catedrático Gerney Ríos González, tiene un alto significado que sigue palpitando en las tesis de Luís Carlos Galán, la respuesta a los retos que en la actualidad preocupan a los Colombianos en materia tan sensible.

El exfiscal de la Nación Alfonso Valdivieso Sarmiento consideró tener los suficientes motivos para expresar su respeto y complacencia por el acierto del Congreso de haber dejado en cabeza de Gerney Ríos González, autor del libro «La Economía Subterránea» este reconocimiento. «Nadie más para mostrar con orgullo esta distinción, pues no solamente en la academia, sino en sus numerosos libros, ha demostrado que a los corruptos no se les teme, se les combate», conceptúo el exministro de educación Valdivieso.

Antonio Galán Sarmiento sostiene: «La labor adelantada por Gerney Ríos es la más coherente y fiel aplicación del pensamiento de Luis Carlos Galán».

 

El constituyente Antonio Galán Sarmiento, coautor de los Artículos 34 y 278 que refieren la corrupción administrativa plasmada en la Constitución Política de Colombia de 1991,con motivo de la celebración del Día del Maestro, destacó que, «Gerney Ríos González es un verdadero pedagogo en la lucha contra la corrupción».

 

Por lo anterior «es fácil concluir que, sin una suficiente y difundida información sobre los anhelos colectivos y las posibilidades del Estado para satisfacerlos, el ciudadano es presa fácil de las promesas. Se requiere de una gran pedagogía a las personas y a los líderes de las comunidades, sean o no candidatos, para evitar los engaños durante los procesos electorales, labor que se debe hacer fuera de temporada proselitista y a la mayor cantidad de personas. A esa labor se ha dedicado el académico Gerney Ríos González, con bajo perfil, pero con gran autoridad moral y entusiasmo, actividad que realiza sin costo y en forma solidaria para los beneficiados de la educación y la formación; lo hace en múltiples escenarios y municipios de Colombia; sin esperar nada a cambio», argumenta el hermano del inmolado Luís Carlos Galán Sarmiento.