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Golfo de Tribugá: RUMBO A UN ECOCIDIO Y ETNOCIDIO

El paraíso del Golfo de Tribugá se encuentra en peligro por la ambición de empresarios y burócratas de Colombia. 

 

Orbedatos 

Agencia de Noticias

El Golfo de Tribugá está ubicado en la costa pacífica de Colombia, en el departamento de Chocó, junto al municipio de Nuquí. Esta región es considerada como una de las más biodiversas en el mundo y es la elegida por animales magníficos como tiburones martillo y ballenas jorobadas para reproducirse y tener a sus crías.

Los ambientalistas sostienen que el puerto destruirá la economía del ecoturismo local de las comunidades, las zonas únicas de reproducción de ballenas y tiburones, y miles de hectáreas de manglares, así como también arrasará con la selva del Chocó. El presidente Duque piensa todo lo contrario manifestando: «El futuro de la competitividad chocoana, el futuro de la conexión del Eje Cafetero con el Pacífico con oportunidades portuarias va a pasar sin duda por Tribugá».

la organización internacional Mission Blue, dedicada a la conservación marina, declaró a este ecosistema colombiano como un punto de esperanza y realizó un llamado para mantenerlo intacto y conservar toda su riqueza natural.

«Esta es una de las partes más bellas e intactas de la costa de América del Sur. Es un lugar que podría convertirse en desarrollo humano, para propósitos humanos a corto plazo que tendrían una pérdida e impacto a largo plazo. O bien, existe la posibilidad de comprender el valioso valor de tener sistemas intactos: su valor económico trasciende el valor de la actividad industrial a corto plazo», dijo Sylvia Earle, fundadora de Mission Blue.

Son muchas las especies que viven y migran a través del Golfo de Tribugá, como tiburones, mamíferos marinos, tortugas, aves marinas y peces. Además, estos animales circulan por la isla Malpelo, que se incluye en el paisaje marino del Pacífico Oriental como punto de esperanza.

AMENAZAS CONTRA  EL GOLFO DE TRIBUGÁ

El  proyecto de construcción de un puerto en el Golfo de Tribugá, en el norte-centro del Pacífico colombiano, podría poner en peligro sus ecosistemas vírgenes, ricos en especies aún por descubrir para la ciencia, y al que se oponen afrodescendientes e indígenas de poblaciones ancestrales locales.

«Es una de las zonas más biodiversas del planeta, según los científicos que han visitado la zona que incluye selva, montaña, manglares y océano», explica a Efe Felipe Mesa, fotógrafo y documentalista de naturaleza y vida salvaje, que junto a otras personas puso en marcha ‘Expedición Tribugá’, una serie documental para informar y evitar la destrucción de la naturaleza.

«Expedición Tribugá consta de tres capítulos: selva, mar y comunidades», según Mesa, y nació con el objetivo de dar a conocer la importancia de conservar un espacio aún virgen y con «muchas especies aún por descubrir».

En el rodaje ha intervenido Mesa y el también fotógrafo Francisco Acosta, acompañado de documentalistas, conservacionistas, científicos y miembros de las comunidades locales con el fin de lograr que esta zona del Chocó colombiano sea protegido como parque natural mundial.

Así lo explican Mesa y su colega Francisco Acosta, en un vídeo que circuló en las redes sociales y en el que invitan a todos a defender Tribugá, «un lugar que pertenece a toda la humanidad y a las futuras generaciones».

Según Mesa, la construcción del puerto lleva algunos años sobre la mesa y se ha reabierto con el Gobierno de Iván Duque, que promueve la construcción de «esta megainfraestructura innecesaria», cuando a «escasos dos kilómetros, en el puerto de Nuquí hay ya un aeropuerto» que da servicio a toda la zona.

El proyecto «no había pasado los estudios de impacto ambiental», pero con este Gobierno ya ha pasado varias instancias, y en el Plan Nacional de Desarrollo de Duque está considerado «como prioritario», pero falta «la consulta previa a las comunidades locales, aunque hay muchas maneras de manipulación de los resultados».

En el país existen otros dos puertos «que no funcionan al tope de su capacidad», según Mesa, uno de ellos pocos kilómetros más arriba de Tribugá, el de Bahía Solano, donde ya desembarcan grandes barcos cargados de turistas.

El Golfo de Tribugá se encuentra en lo que se conoce como el Chocó biogeográfico, una zona natural cuyo 95 % de territorio se encuentra en Colombia, una pequeña extensión en Panamá, Perú y un 2 % aproximadamente en Ecuador, ésta última declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en agosto pasado.

Al norte del Golfo de Tribugá se situa el Parque Natural de Utría, y la construcción del puerto dañaría un «mundo biodiverso aún inexplorado», como temen los habitantes de las localidades cercanas que tienen entre 200 y 1.000 personas la más grande.

«La zona incluye selva, montaña, manglares y océano” y para documentar la riqueza natural de Tribugá trasladaron hasta allí a varios científicos.

«Pensamos que no se puede poner en riesgo un lugar así por el capricho del Gobierno actual, por un negocio multimillonario”, asevera el fotógrafo colombiano.

«Las comunidades afrodescendientes e indígenas están absolutamente en contra del puerto, no quieren que entren en su territorio», porque viven «con una calidad de vida muy alta, a pesar de no tener mucho dinero», asegura.

No les falta pesca y alimentos, que obtienen de las frutas y semillas que cultivan o sacan de la selva, dice Mesa, y, además, «tienen agua pura, y, justamente, ese es uno de sus miedos, que privaticen sus fuentes de agua con fábricas embotelladoras que luego les obligarán a consumir».

«No quieren un cambio de estilo de vida», dice Mesa, y explica que la «economía de este sector depende cada vez más del ecoturismo tanto nacional como internacional» por la abundancia de, entre otras especies, ballenas, tortugas, aves, anfibios y tiburón martillo -especie en peligro de extinción que procrea en las costas del Golfo de Tribugá-.

En Colombia actualmente hay muchas amenazas, señala, y enumera la deforestación, la minería legal e ilegal…

QUE ESTÁ EN PELIGRO

El Golfo de Tribugá está ubicado en la costa pacífica de Colombia a 120 kilómetros de la capital del Departamento del Chocó, Quibdó. Se conoce como el paraíso salvaje dónde coexisten especies, bosques tropicales y ecosistemas únicos en el mundo.

Pulmón de biodiversidad de nuestro planeta, un territorio virgen que reúne la selva y el mar al mismo tiempo, uno de los lugares más húmedos y lluviosos del mundo, con gran diversidad y variedad de vegetación y fauna. Esta bañado por numerosos ríos que vierten sus aguas en el Océano Pacífico.

Ha sido reconocido no solo a nivel local y regional sino también internacional, razón por la cual actualmente es un área protegida por la Autoridad Ambiental bajo el nombre de Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) Golfo de Tribugá – Cabo Corrientes. El Municipio de Nuquí cuenta con 7.700 habitantes, de los cuales 3.600 habitan en la cabecera municipal y 4.100 en la zona rural: Tribugá y Jurubirá al Norte, Panquí, Coquí, Joví, Termales, Partado y Arusi al Sur.

El Golfo de Tribugá también fue reconocido en 2019 por el consejo de Hope Spot de Mission Blue, la organización internacional que lidera la prestigiosa bióloga estadounidense Sylvia Earle, como un sitio ‘Hope Spot’, gracias a sus valores ambientales.

Especies y comunidades

En el Golfo de Tribugá existen más de 35.000 especies de plantas y alrededor de 390 aves, 970 reptiles y 125 especies de mamíferos. Esto sin contar sus ecosistemas marinos. No obstante, el pulso entre promotores y detractores del proyecto seguirá por un tiempo más, lo cual merece contar con toda la información disponible. Para entender un poco mejor las afectaciones a los ecosistemas, las especies y a los pobladores mismos, pedimos a varios expertos que nos explicaran lo que podría pasar con todas estas riquezas de Tribugá, lo que también podrán ver el documental  Expedición Tribugá que espera estrenarse este año.

Las ballenas

  

El Golfo de Tribugá hace parte del corredor migratorio y zona de reproducción de las ballenas jorobadas. Debido a su estructura espacial, caracterizada por un escudo continental estrecho e incrementos abruptos en la profundidad, en el Golfo de Tribugá las ballenas jorobadas están restringidas a una franja estrecha en la zona costera. Esta distribución las pone en considerable peligro de colisión con sistemas de propulsión de buques mercantes si se llega a construir el puerto en la zona. Adicionalmente, la construcción y operación de una megaobra de este calibre causaría un incremento significativo en los niveles de contaminación acústica, lo cual sería particularmente nocivo para los mamíferos marinos, especies que dependen de las señales acústicas para sus procesos de reproducción, forrajeo y comunicación.

Las tortugas marinas

El Golfo de Tribugá es uno de los lugares más importantes de las rutas migratorias de las tortugas marinas a nivel regional. Alberga las cuatro especies de tortugas marinas presentes en el Pacífico colombiano, todas ellas bajo algún riesgo de extinción, bien sea como zona de tránsito, alimentación y/o anidación. Estas playas son las más importantes de Suramérica para la anidación de la tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) y para el Pacífico colombiano de la tortuga verde (Chelonia mydas). Desde las últimas tres décadas, es el único lugar de Colombia donde se presenta esporádicamente la anidación de tortuga caná (Dermochelys coriacea), siendo la población de esta zona para la especie, en el Pacífico oriental, la de mayor riesgo de desaparecer del planeta. Por otra parte, después de Bahía Málaga, Tribugá es la zona de alimentación y crecimiento más importante para la tortuga carey (Eretmochelys imbricata) en el Pacífico colombiano. Dos comunidades asociadas al Golfo viven del turismo asociado a las tortugas marinas. Canciones, ilustraciones y cuentos desde la tradición oral de las comunidades evidencian la importancia de las tortugas marinas a nivel cultural y ancestral para Tribugá.

Los tiburones

Si ese puerto algún día se hace, podemos decirles adiós antes de tiempo a los tiburones martillo. Resulta que los adultos que vemos en Malpelo (cada vez menos, pero relativamente numerosos, antes veíamos 600 y ahora 200 o 300 en cada grupo) migran al Golfo de Tribugá para tener sus crías. Si acabamos con los ecosistemas que son propicios para el crecimiento de estas especies, también podríamos ir pensando en consecuencias como perder el gran atractivo que ofrece Malpelo, que es reconocido como uno de los mejores sitios de buceo en el planeta.

Los manglares

Los manglares cumplen diversas funciones ecológicas y culturales que se verían afectadas con la construcción del Puerto en el Golfo de Tribugá. El proyecto de construcción del puerto contempla la tala rasa de más 900 hectáreas de manglar con lo cual no solo se perdería una gran extensión de este bosque y las especies de plantas, sino que se verían afectadas muchas especies de peces, aves, anfibios, reptiles y moluscos que tienen en este ecosistema su hábitat. El puerto modificaría de forma irreversible la hidrodinámica de la zona, lo cual afectaría la sobrevivencia de los manglares restantes que pueden cubrir otras 1800 hectáreas, al modificar los cursos de agua y el aporte de sedimentos necesarios para contrarrestar el acelerado incremento actual en el nivel del mar y garantizar su supervivencia. Adicionalmente, los suelos de los manglares se consideran entre los mayores sumideros de carbono del planeta. Con la tala estos bosques el carbono acumulado sería liberado a la atmósfera contribuyendo a la contaminación regional y al calentamiento global (ya han desaparecido entre el 30% y 50% de los manglares del mundo). Los manglares se consideran barreras de protección costera ante mares de leva, tormentas y tsunamis los cuales afectan las comunidades humanas asentadas en la costa, y otros ecosistemas tierra adentro como natales, sajales y guandales, los cuales forman una conexión continua con los manglares. Las comunidades locales no solo valoran los manglares por estos servicios, sino también porque los han incorporado a sus actividades económicas y al turismo ecológico.

Las comunidades

Hay mucha gente en el Chocó que está de acuerdo con que se haga el puerto, pero nosotros que hemos venido trabajando con las comunidades en el tema productivo y social, y que conocemos a profundidad sus necesidades, creemos que no es muy factible la construcción del puerto para la cultura nuquiseña. Nosotros hemos vivido una vida muy tranquila, de sustento, nuestros antepasados nos han dejado un legado de la protección del medio ambiente, entonces hemos sido muy cuidadosos en saber vivir y compartir con la naturaleza. Por eso creemos que el puerto no es lo mejor que nos pueda pasar. Nuestra calidad de vida es muy óptima porque la entendemos como poder caminar descalzos por una playa, con aire puro, libres y tranquillos. En vez de afectar al municipio con el puerto, hay unas necesidades prioritarias que el Estado debería cubrir como el saneamiento básico, educación, salud y buena comunicación. No debemos esperar a que llegue un puerto para decir que nos van a resolver esos problemas. No queremos que pase lo mismo que en Buenaventura que se fue convirtiendo en una ciudad con muchos peligros y no puedes salir a la calle. En Buenaventura está recogida toda la pobreza y el problema de orden público del país. Los políticos y los empresarios no están pensando en la comunidad sino en su propia economía. Eso es lo que ha pasado en Buenaventura y no queremos que en Nuquí pase lo mismo.

El turismo de naturaleza

El primer cambio notorio seria el tipo de perfil del turista que ha visitado esta región, que es un turista con alta sensibilidad frente a la sostenibilidad, la comunidad, el medio ambiente y la naturaleza en general. Hoy la gente va a apreciar una belleza natural, un lugar que es prístino y en alto estado de conservación, y obviamente después del puerto ya sería un montón de infraestructura, barcos y un impacto muy grande alrededor pues este tipo de obras demandan materiales de la naturaleza como arenillas y arcillas que van a afectar la biodiversidad, y seguramente va a haber más deforestación. En el largo plazo va a hacer que el sitio pierda todo interés desde el punto de vista ambiental y natural, y se nos va a volver un turismo de enfoque corporativo y no de naturaleza. Adicionalmente vienen un montón de personas a poblar y a trabajar en esas infraestructuras y entonces van a demandar otro tipo de entretenimiento como piscinas y toboganes que aportarán más impacto ambiental porque ya no se disfruta de lo que existe sino de lo que el hombre construya.

EFE

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La humanidad sería sacrificada con el llamado progreso.