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Historia: COLOMBIA YA TUVO UN PRESIDENTE GUERRILLERO

José María Obando del Campo, los apellidos de sus padres adoptivos, llamado «El Mono» Obando, guerrillero realista se pasó a las tropas de Simón Bolívar, fue Presidente de Colombia en dos ocasiones, ha sido el único que ha firmado dos constituciones, las de 1832 y 1853, sufrió el destierro, la persecución de Mosquera y un golpe de Estado.

 

 

 

 

Guillermo Romero Salamanca

En estos días, el historiador y veedor del Partido Liberal Rodrigo Llano Isaza soltó la pregunta: ¿qué guerrillero fue presidente de Colombia? La primera respuesta que salió fue la del llamado «libertador» Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, mejor conocido como Simón Bolívar.

Pero luego sentenció.«Fue José María Obando del Campo, los apellidos de sus padres adoptivos, llamado «El Mono» Obando, guerrillero realista se pasó a las tropas de Simón Bolívar, fue Presidente de Colombia en dos ocasiones, ha sido el único que ha firmado dos constituciones, las de 1832 y 1853, sufrió el destierro, la persecución de Mosquera y un golpe de Estado. Fue el político más popular de Colombia en el siglo XIX».

En efecto, José María Obando nació en la vereda de Güengüe, en Corinto, Norte del Cauca el 8 de agosto de 1795 y pasó más de la mitad de su existencia en medio de batallas y peleas. Estudió en el Seminario de Popayán y en la Universidad del Cauca.

Su vida estuvo rodeada de permanentes escándalos. Su verdadero nombre era José María Ramón Iragorri Crespo Lemos, hijo de una relación entre Joseph Iragorri y Ana María Lemos, dos hijos de distinguidas familias caucanas, pero como eran tiempos en los cuales una madre no podía ser soltera, entonces fue adoptado por la familia Obando, ricos comerciantes pastusos que no habían podido tener hijos.

Ingresó al ejército realista y alcanzó el grado de capitán, pero fue derrotado.

Su  familiar Tomás Cipriano de Mosquera, el popular «mascachochas» era un militar famoso. Esta situación de envidia y resentimiento lo llevó a odiarlo buena parte de sus años y de mantener diversas guerras.

A comienzos de 1822, Mosquera fue edecán de Simón Bolívar. Lo acompañó hasta 1826.  Ese mismo año «El mono» Obando abandonó las tropas españolas y se sumó a los patriotas.  Cuando Bolívar se proclamó dictador, con la ayuda de Mosquera, Obando se rebeló. Esto llevó a un enfrentamiento militar entre Mosquera y Obando en Timbío, en el cual los rebeldes derrotaron a las tropas mosqueristas leales al Libertador.

Sin embargo, como la política es dinámica, a los pocos días, Obando, arregló los problemas con Bolívar. Esta situación indignó a Mosquera. Pero en esos días de inestabilidad política pasaba de todo y las situaciones cambiaban radicalmente de la noche a la mañana. Con Bolívar fuera de la escena y Mosquera fuera de Colombia, Rafael Urdaneta se rebeló contra el gobierno de la Nueva Granada y Obando encabezó su defensa en Popayán. Sus victorias militares aumentaron su prestigio y le permitieron ser nombrado ministro de Guerra y posteriormente vicepresidente del restablecido presidente Domingo Caycedo. Este eventualmente renunció y José María Obando se transformó en presidente de la Nueva Granada hasta la elección de Santander.

Cada vez que se encontraban estos paisanos, las conversaciones subían de tono. Eran comunes los periódicos –el Facebook  y los Twitter de la época—en los cuales se echaban vainazos permanentemente. En 1839, un soldado de apellido Erazo, acusó a Obando de ser el autor intelectual del asesinato del mariscal Sucre en Berruecos. Este hecho nunca se pudo aclarar.

Las discusiones entre Obando y Mosquera pasaron de los papeles y tinta a un duelo a muerte. Se citaron en el Cementerio de Bogotá, con padrinos y armas. Pusieron en claro las normas y cada uno se separó del otro, los dos se dispararon pero no se hicieron daño y entonces prefieren darse la mano y cada uno seguir su camino.

Existe una leyenda en la cual aseguran que un día se encontraron en Popayán y como los andenes eran pequeños, Obando le dijo a Mosquera: «Yo no le doy el paso a ningún hijo de mala madre», a lo cual, el segundo le contestó: «Yo si, pase usted».

Dicen los historiadores que «Obando regresó entonces a  Popayán y se entregó a los jueces para responder por las investigación sobre la muerte de Sucre. Obando no creyó en la justicia del momento y huyó del país. Se refugió en Perú y luego en Chile hasta 1845, cuando Mosquera, elegido presidente, le concedió una amnistía. Obando regresó a Bogotá y cuatro años después salió elegido como presidente. Después, Mosquera, quien se había radicado en Estados Unidos, regresó al país a luchar contra el general José María Melo, quien había derrocado a Obando.
Mosquera ayuda a aprobar la Constitución de 1858. Cuando una rebelión en Cartago lo amenazó, nombra a su archienemigo como  jefe militar contra los enemigos. Se volvieron aliados y enfrentaron al líder conservador  Mariano Ospina Rodríguez. Esta pelea se convirtió en una verdadera guerra civil en la que los rebeldes acabaron triunfando».

Cuando estaban preparando un ingreso triunfal a la capital y «el mono» Obando pasaba por Subachoque, en la vereda El Rosal, el 29 de abril de 1861 fue emboscado por las tropas conservadoras. Lo mataron a punta de lanza por la espalda.  En un acto despiadado, le quitaron el espeso mostacho al difunto y llevaron su cuerpo hasta su casa en el barrio Las Aguas de Bogotá, por donde ahora está la Universidad de Los Andes y lo clavaron en una estaca.

A pesar de tantas batallas, Obando se casó en Bogotá, en 1836, con Timotea Carvajal Marulanda, con quien tuvo cinco hijos, de los cuales sobrevivieron Gratiniano, Soledad de la Cruz y Capitolino.

Un resumen del primer guerrillero, hecho presidente en Colombia.

La pasión de José María Obando y Timotea Carvajal Marulanda constituye una de las más prolongadas historias de amor y fidelidad entre los protagonistas de la vida política colombiana del siglo XIX.

Las discusiones entre Obando y Mosquera pasaron de los papeles y tinta a un duelo a muerte. Se citaron en el Cementerio de Bogotá, con padrinos y armas.