Opinión

Opinión: SUPER RECUERDOS

 

Fred Emiro Núñez Cruz

Director Asociación de Comunicadores Sociales

El camino recorrido en la radio y el periodismo es una historia repleta de anécdotas, alegrías, desengaños, amigos, detractores, intentos, logros, proyecciones, tertulias, conquistas, viajes, conocimientos, tareas, caídas, levantadas, enseñanzas, encantos y desencantos. Obvio, llegan los pulsos activos a través de geniales personas, que como temperatura de chimenea, siembran calidez de vida; en mi caso el ángel, de carne y hueso, fue y es el catedrático e internacionalista Gerney Ríos González, un filántropo, sembrador, inquieto, inspirado en letras y libros, transmisor de conocimientos, catalizador del sabor patrio, soldado colombiano, heredero de buenas costumbres y sana doctrina ciudadana.

Esta amistad data de cuarenta años atrás, cuando nos presentamos al mejor Bachiller Coltejer, él fue el mejor de Colombia y yo le atiné al tercer puesto; lastimosamente al querer ilustrar este escrito me encontré con la sorpresa que en la oficina del Estado ya no existe tal referente, quizás por el paso de cuatro décadas. Lo anterior me motivó a escribir parte de los acontecimientos en mi participación en esta maratónica en medios que rebasa nueve lustros. Recuerdo que inicié en Radio Garzón, estuve en Radio Neiva, La voz del Huila, La Voz de los Centauros, Armonías del Magdalena, Ondas del Orteguaza y luego un fascinante periplo por radioestaciones de Bogotá. En la capital trasegué por Nuevo Continente, Radio Melodía, Radio Santafé, Todelar, Radio Sutatenza, RCN, Caracol, y empresas como  la de Carlos Hernández, Marcolino Forero y el Grupo Competencia de Alberto Gómez Martínez, sin olvidar la especialidad de Radio Auténtica y la MCI Radio.

Son muchos los nombres y personas, colegas y de disímiles profesiones,  que han hecho posible mi figuración en una generación considerada de oro por los entendidos en menesteres de comunicación social. Fernando Calderón España, Luis Guillermo Troya, Manolo Villareal, Fernando Hurtado Rodríguez, Gerardo Páez Mejía, Miguel Trujillo Oliveros, Guillermo Monsalve Calderón, Álvaro Javier Calderón, Jorge Barón Ortiz, Berneth Conde Gutiérrez, el Pote Calderón,  Eduardo Moreno, Efraín Páez Espitia, Homan Machuca Medina, Jorge Daniel Santos Calderón, Rosalba Upegui, Rodrigo Silva Vargas, Guillermo Díaz Salamanca, Santiago Munevar, Fernando Sarmiento Sarmiento, Henry Pava Camelo, Hernán Peláez Restrepo, Fabio Fandiño, Carlos Yezid Rozo Álvarez, Esperanza Paz, Guillermo Castellanos Díaz, Luis Eduardo Bejarano, Ricardo Alarcón, Héctor Tovar Garcés, Pedro Conde Gutiérrez, el sacerdote Leonidas Ortiz, Trinidad Jaramillo, Gerardo Calderón España, Carlos Ortiz Burgos, Pedro Vicente Fierro, y un ejemplar  caballero de la radio, el inolvidable José Luis Mateus Romero.

Conectando con la apertura, está fresco el momento cuando nos inventamos con Ríos González el modelo que hoy aplica en HORA 20, el mismo que han llevado a otras frecuencias; también las estructuras de los programas económicos, los especiales de semana santa, de opinión, deportes y otros. En su orden Bajo el Signo Pesos, Talentos, Especiales Super, Semana a Semana y la última edición de la Clásica Super.  Sobre el certamen ciclístico hay una página de locura, destreza e imaginación; este servidor, sentado en una silla de la unidad renal  de la Clínica Marly, en plena  diálisis, haciendo uso de un celular, participó en la transmisión de dos etapas, leía comerciales y narraba ciertos pasajes de la carrera retomando la más reciente descripción del formidable Nelson Puentes. Me decían las enfermeras que tuviera cuidado con las emociones fuertes pero creo que dicho ejercicio me hacía olvidar de los devastadores momentos. En la fracción final me subí a la unidad móvil y pude cubrir todo el kilometraje, estoy seguro que la prueba de salud fue superada porque Dios me dotó de fuerzas sobrenaturales. Los super recuerdos me trasladan a una semana mayor, invitamos a un sacerdote, un pastor cristiano, un ciudadano del común y un confeso ateo, al finalizar, el domingo de resurrección, el no creyente dio gracias a Dios por haber podido estar en todos los programas, comenzamos el lunes santo y nos fuimos hasta el día de gloria. En tres años de estadía en tan importante cadena se adjudicaron becas para educación no formal, y alrededor de treinta mil personas se diplomaron en distintas especialidades con gratuidad al ciento por ciento. Han transcurrido diecinueve años y siento nostalgia porque la radio, creada para sana distracción, sembrar valores y principios se encuentra en cuidados intensivos por sus malevos contenidos y antítesis de su aparición.