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Personaje bogotano: EL GENERAL SANDÚA

A sus 93 años murió el hombre que se hizo famoso por su atuendo y discursos en el centro de la capital.

 

Óscar Domínguez

 Y se murió el único militar respetable que teníamos. El general Sandúa perdió la última batalla, nonagenario y fiel a su filiación petrista. Paz en la tumba del general desconocido.

Oscar Domínguez Protesto contra el señor Alzheimer porque fui pato del centro varias décadas y me niega el recuerdo de este hermoso chafarote.

Juan Manuel Roca Haces bien en protestar. El sr Alzheimer, un simple civil, nunca recibió, seguramente, órdenes del general Sandúa, que se ha puesto firmes dejando buenos recuerdos y sonrisas. Abrazo, querido Óscar.

Juan Manuel, no descansaré hasta encontrar en los recovecos de mi cerebro a mi general Sandúa. Por lo pronto recuerdo que asistí desde ring side en el Parque Santander y en el Parque Nacional a las presentaciones del Artista Nacional y de su diminuto secretario, personajes cuyas profesiones ameritan las charreteras de las mayúsculas.

Me habría gustado echarles en el derruido sombrero toda mi quincena, pero sí la compartía con cierta generosidad, no mucha, pero bueno. También en el Parque Santander me sentaba a escuchar las lúcidas intervenciones de una señora que, paraguas en mano, tronaba contra las desigualdades que suceden en este acabadero de ropa llamado mundo.

Más de una vez escuché los vallenatos que cantaba con su voz melancólica Miguel Ángel, un ciego que pisaba duro en la Carrera Séptima, entre calles 16 y 19. Y no es por dármelas, aunque sí, por qué no, mi hoja debida recuerda, dándole en las narices a Alzheimer, que estuve cerca del Profesor Goyeneche el eterno candidato a la presidencia. En lo que me queda de mi latín de seminarista rezo responsos separados por estos personajes.

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El ‘general Sandúa’ había llegado en los años 80 a Bogotá, proveniente de Medellín, con la esperanza de convertirse en un gran cantante, pero terminó trabajando en un restaurante de Fontibón que al poco tiempo cerró, por lo cual, sin empleo y un lugar dónde ir, terminó en las calles.