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Pesadilla en el metro: EQUIPO FANTASMA

Carlos Queiroz, responsable del trágico  viernes 13 

Esteban Jaramillo Osorio

Sin la influyente algarabía del público, Colombia  en caída estrepitosa. Fueron tres puñaladas, tres goles y tres regalos al verdugo Uruguay.

Mientras Tabares, técnico uruguayo, dormía en la placidez del triunfo, Queiroz buscaba refugio en sus chocantes disculpas.

La selección en la cancha no existió, como no existen las ideas del técnico, dominado por sus limitaciones, su desconocimiento y su pereza. Tampoco existen los futbolistas de la liga local a quienes ignora a pesar de tener a Yepes y a Reyes, como dos más de sus 16 asistentes. Nada le dicen, no los escucha, o son de bolsillo.

Sus gustos por el fútbol físico en perjuicio de la técnica, cuyo único objetivo es el resultado, chocaron contra la muralla uruguaya, pero, especialmente, sucumbieron ante la falta de compromiso, de juego y de alternativas. Soso, repetido, sin sorpresa, Colombia desperdició su más preciado tesoro, la devoción por la pelota. Ese no es nuestro fútbol…Es el fútbol del técnico.

Que desespero ver al batallador Zapata, solitario en zonas de remate.

En la cancha el James del Real, apático y trotón. Ni la sombra del aplaudido del Everton. Su socio, Cuadrado, con otras tareas. Gambeteador clásico, trabajó el partido en la contención donde luce menos que en la creación. Sin ellos, el circuito de ataque, resultó improductivo. Válidas aquellas escaramuzas de Díaz, quien debió ser titular desde el comienzo.

Jugar con tres medios de contención, es la desnudez de los miedos que le impiden a Colombia potenciar sus intenciones porque Queiroz prefiere un equipo reactivo, a uno proactivo.

Que confuso es el tablero del técnico. Tanto como sus charlas con los periodistas, donde, conflictivo, tiene el socio ideal para su manipulación, en su jefe de prensa.

Se sabe que el rastreo de las soluciones, está en los jugadores; son buenos, aunque esta vez tuvieron una mala jornada. Estos, siempre en Colombia, salvan y salvaron a sus técnicos. Si aclaramos el camino al mundial, será por ellos…

PD: La pelota nunca se debe mirar como un estorbo, o con desprecio.