Jorge Giraldo Acevedo
A los estafadores no se les escapan nadie, ni los honorables pensionados.
Hemos conocido que muchos pensionados, después de haber retirado su mesada, reciben una llamada para preguntarles sobre su situación económica. Supimos del descaro de estos timadores, quienes incluso les ofrecen el servicio de retirar y entregar el dinero con solo suministrar la clave de su cuenta bancaria. Esa clave, de cualquier entidad bancaria donde el pensionado tenga la cuenta para que allí le depositen la mesada, no la debe suministrar a nadie y mucho menos por vía telefónica a ninguna persona, conocida o desconocida, (lo recomiendan las mismas entidades bancarias).
Lo que se ve es que al ritmo de los ciclos económicos del país, en forma periódica, vuelven los estafadores y así también reaparecen las ilegales pirámides para el correspondiente engaño; estas organizaciones delictivas operan en forma muy similar a «Reto a la grandeza», de hace cerca de 50 años, o a la famosa «DMG», de hace relativamente poco tiempo.
Los estafadores del «cambiazo» de billetes aún lo hacen; su principal centro de operaciones son los aeropuertos, los grandes almacenes y los centros comerciales, además de las vías importantes de las ciudades y los diferentes servicios del transporte público. Hasta los bancos han sido escogidos por los antisociales para «tumbar» a muchas personas. Este método para delinquir consiste en cambiar un billete falso, de $50.000 ó $20.000, con la debida advertencia de que en el lugar no hay «vueltas», (dinero de regreso), por el servicio a cancelar.
Lo que parece como un simple mensaje de rutina de una entidad bancaria no es más que una forma para robar las credenciales bancarias y la información personal de los usuarios. Lo más lamentable es que los hampones cibernéticos utilizan los mismos diseños o logos de presentación de las diferentes entidades bancarias que, como siempre lo han señalado, nunca realizan actualización de datos por medio de la red.