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En Colombia: LA REBELIÓN DE LAS MASAS

La protesta ciudadana en Colombia

 

 

 

José Douglas Lasso Duque

Archivista y Documentalista

 Cali

Este Paro Nacional y las expresiones desbordadas de una sociedad cansada, desesperada y sin esperanza, rompe la tensión latente en sus gentes y se desahoga con emociones fuertes y desbordadas porque se cansó y perdió la fe en los que dirigen el país y concentran el poder en sus manos.

Lo irónico y llamativo de todo esto, es que este estallido violento se haya gestado con tanta fuerza y violencia en la ciudad de Cali, caracterizada porque sus habitantes son reconocidos como gentes alegres, cívicas y hasta folclóricas, que saben ser anfitriones y que un día fue modelo de cultura y expresiones de solidaridad, innovación y creatividad, en el que el arte se hizo vida para dejar una huella de ese momento inolvidable que poco a poco se ha ido desvaneciendo y hasta desapareciendo por la dejadez de quienes la habitan y dirigen.

No se puede desconocer que esta ciudad nació como cruce de caminos y posada de forasteros que desde el puerto de Buenaventura entraban para desplazar al interior el comercio y todo lo que ello implicaba y así Cali y el Valle del Causa, se fueron ampliando y fortaleciendo con los diversos personajes que en este lugar forjaron su devenir.

Santiago de Cali, así mismo ha resistido desde siempre los avatares que el tiempo y los diversos personajes y en especial los dirigentes políticos «politiqueros y contratistas» le han dado, han ofrecido y la han engañado, usurpandole los logros, pero lo más delicado, las ilusiones infundadas por aquellos que en las urnas prometen progreso y bienestar social.

De allí que no sea de sorprenderse que hoy Cali en medio de este caos, explote como un volcán en toda su flama en un estallido de rebelión, desenfrenada en donde se conjugan furia; ira desbordada, daños irreparables y cuanto gesto de locura puede verse, pues en este frenesí y muerte, este pueblo expresa los descontentos fuera de control y racionalidad.

Así mismo, no se puede desconocer que toda expresión masiva de agraviados frente a promesas no cumplidas es complejo y muy peligroso, pues es como polvorín que cuando estalla la mecha  va dejando una esquela de violencia y como en todo conflicto de rebelión se entreteje intereses por diversas causas y diferentes razones.

Tampoco se puede desconocer que, por ser la ciudad más importante del Sur Occidente del país, aquí convergen todas las gentes que habitan alrededor de este territorio del Valle del Cauca y desde luego su capital CALI, que en su mayoría lo hacen por desplazamiento forzado como víctimas de este inacabable conflicto bélico, otro aditamento más para este coctel explosivo que hoy emerge con mucha fuerza y nos mantiene sitiados y asustados, con hambre y desesperanza, en una sin salida.

Nuestra cultura por ser tan complaciente y crédula, ha anidado en sus entrañas muchos parásitos y entidades oscuras que se han entreverado y hasta camuflado con las necesidades de las gentes para dar vida a personajes siniestros, muchas veces disfrazados de ovejas y altruistas en los cordones de miseria quienes, conociendo las debilidades del desvalido, han creado empresas fraudulentas, que lavan el cerebro del necesitado y a punta de engaño y dádivas, comprometen la dignidad de las gentes y la enganchan con sus empresas de «papel» y «juegos de azar» que ilusionan y desilusionan a las gentes en la trampa de volverse ricos de la noche a la mañana.  Igualmente, las gentes se entusiasman cayendo en la trampa de aceptar las llamadas ayudas sociales del gobierno cada dos meses para que menguan el hambre por dos o tres días, o el aceptar «ayuda» a los estudiantes durante seis meses y luego dejarlos ilusionados porque todo esconde un interés inmediato.

La  incógnita es, que va a pasar, como se va a afrontar esta compleja realidad y porque se dejó crecer tanto el problema, si todos sabían que era cuestión de tiempo y no se hizo nada para retener este grave problema que hoy tiene a la ciudad y al resto del país al borde del colapso.

Ahora la pregunta es: ¿Dónde han estado el Estado, los Congresistas y todos los Estamentos Públicos que deberían por obligación hacer lecturas periódicas y precisas sobre las necesidades del pueblo que gobiernan?