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Dice Alberto Suárez: «YO ESTUVE EN LA GRABACIÓN DE LA POLLERA COLORÁ»

 

Guillermo Romero Salamanca

Alberto Suárez López es uno de los hombres que más sabe de música en Colombia. Ha impulsado a docenas de figuras nacionales e internacionales. Fue gerente de promoción de la CBS, primer director de Olímpica Estéreo en Bogotá y puede tener en su agenda un listado de más de mil amigos.

En el mundo del disco lo llaman cariñosamente como «el gordo Suárez». Ni él mismo sabe a cuántos cantantes les ayudó con sus ideas para catapultarlos. A Gladys Caldas –cuando salió del Club del Clan—le dijo: «de ahora en adelante serás Claudia de Colombia».

Y así fue.

En la gerencia de promoción –donde ganó sus canas por indicarles a sus colaboradores las tareas encomendadas—impulsó a figuras como Julio Iglesias, José Luis Rodríguez «el Puma», Roberto Carlos, Vicky Carr y Vicente Fernández, a quien le entregó su primer disco de oro en un programa de Jorge Barón Televisión.

Muchas veces el Junior le ha golpeado su inmenso corazón, pero él persiste como gran fanático. Es un defensor de la justicia e impulsor de las famosas reuniones de la Asociación de Ex Empleados de Caracol, Asoexcargot. Es el encargado de las cuentas de los comensales, de llevar invitados, amenizar con buenas anécdotas y recordar episodios radiales.

En noviembre, en el Encuentro nacional de Bandas, en su versión Número 36, la Sociedad de Autores y Compositores Sayco, le rindió un homenaje al compositor Juan Bautista Madera, autor de la emblemática Pollera Colorá.

«En el marco de este evento, que mantiene vivos nuestros ritmos musicales como el porro y el fandango, la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, SAYCO, hizo entrega de la distinción «Lira de Oro» a uno de sus socios más legendarios, en reconocimiento a su gran aporte al pentagrama nacional», dijo el encargado de hacer entrega de esta máxima distinción el director Societario, Armando Romero quien además dedicó unas sentidas palabras al compositor quien cuenta con 99 años de edad.

LA CANCIÓN

El maestro Juan Madera Castro nació el 7 de mayo de 1922 en Sincé, en Sucre, región ganadera por excelencia. Su apellido original es Castro. Hijo de Eusebio Castro Montes y de Carmen Madera Martínez.
Cuando tenía unos 28 años compuso la música de «La pollera Colorá» para que la interpretara el popular Pedro Salcedo. Era un tema obligatorio en las diferentes presentaciones.

Cuenta el periodista Manuel navarro en El Tiempo que «a melodía, inspirada en Mirna Pineda, alias «La morena maravillosa», y convertida en gran éxito en el puerto petrolero, se interpretó sin letra durante varios meses, al cabo de los cuales Choperena le puso letra con el permiso de Madera.

Ajai, al son de los tambores
Esa negra se amaña
Y al sonar de la caña
Va brindando sus amores

Es la negra, Soledad
La que goza mi cumbia
Esa negra saramuya, oye caramba
Con la pollera colorá

Esos primeros versos y el estilo para cantar de Choperena, le gustaron en principio a Madera, pero él insistía en grabarla sin letra.

«A mediados de 1960 se hizo una grabación rudimentaria de La pollera colorá en Radio Pipatón; posteriormente se grabó otra versión en un estudio de Medellín con la intención de que fuera un éxito en las Fiestas del Petróleo que se desarrollan en agosto en Barrancabermeja. La grabación tomó unas 5 horas», agregó el comunicador.

EL RELATO DE ALBERTO SUÁREZ

Por haber estado presente en la grabación de «La Pollera Colora» cuando laboraba como asistente de grabación en Discos Tropical en Barranquilla, propiedad del Ingeniero Emilio Fortú puedo aportar en la historia del más grande musical colombiano; la «Pollera Colora» composición de dos Grandes: Juan Madera –en la música– y Wilson Choperena –letra– que por su gran éxito desató una fuerte polémica, hasta que los jueces compartieron entre estos célebres los derechos de autor. Según lo que me comentó Wilson Choperena, la historia del son de cumbia La «Pollera Colora», cuenta Alberto.

Pedro Salcedo y su orquesta actuaban las tardes de domingos en uno de los salones populares de Barrancabermeja, en Santander. El vocalista era Wilson y Juan Madera hacía los arreglos musicales, tocaba el saxofón y el clarinete. Allí siempre contaban con la asistencia de la «negra» Soledad, que arrebataba a los asistentes por su sabor y baile de una auténtica Cumbiambera y como el tema no tenía letra, fue en ese momento que improvisó una letra para alegrar la bailadora, y pidiendo los aplausos de los asistentes. Así, quedó lo que más tarde se grabó en Discos Tropical.

Pedro Salcedo –padre y señor de una gran dinastía de la música tropical en la región de las Sábanas de Bolívar–fue con su Orquesta de Barrancabermeja a tocar en los Carnavales de Barranquilla en los salones de un restaurante en la calle 72 y aprovecharon para grabar seis temas en Discos Tropical.

Los productores Hernando Vergara y Jaime Cabrera, no estaban de acuerdo con Juan Madera, quien insistía que la Pollera Colorá se grabará sin letra y estaba corriendo el riesgo de no ser grabada. En una salida de los productores de la sala a comer, el Ingeniero mexicano Gabriel González –mi jefe– tomó cartas en los arreglos finales. Aunque no lo crea, el mexicano fue quien desarmó la orquesta para convertirla en un conjunto de cumbiamba, donde reemplaza la flauta de millo por el clarinete y saxo de Juan Madera, la batería solo con el bombo y redoblantes para marcar el ritmo, el bajo tratando de definir un sonido similar al bajo de viento. Estos instrumentos le dieron un sonido parecido a los gaiteros y la Cumbia Soledeña. La letra la canta Wilson Choperena.

Esto ocurrió en febrero de 1960, y Discos Tropical quedaba en la zona industrial en la Vía 40 de Barranquilla, al lado de los juguetes Kiko y detrás de la Compañía Colombiana de Tabaco.

Los músicos participantes fueron Pedro Salcedo, Juan Madera y otros llamados por Discos Tropical.

Después del lanzamiento de este tema, las primeras ventas no fueron las que esperaba el ingeniero González que le tenía mucha fe. Le hacían mofa porque «no debía grabarla». Se dispuso el lanzamiento del segundo tema: Amparito.

En una tarde de viernes, unas semanas después, recibí una llamada telefónica de Medellín. Era Aldemar Mejía representante de Discos Tropical, haciendo un pedido grande de 5000 discos. Eran las 6:15 pm y no estábamos preparados, tocó que la empresa ordenara personal extra para trabajar el fin de semana para enviar el pedido lo más pronto posible. El martes, llegó el segundo pedido desde Cali, con otro tanto similar, luego de Bogotá y Barranquilla, lo que indicaba que era «El Éxito Nacional» o sea la «Pollera Colorá».

Para mí ha resultado emocionante escuchar la canción en momentos de los grandes triunfos de nuestros deportistas como el partido del 5-0 contra Argentina o ver a Bart Simpson cantando en la barra del bar de Moe, verla bailar en los colegios, presenciarla en los Carnavales de Barranquilla y a donde he ido en el mundo, siempre me preguntan que si sé bailar La «Pollera Colorá».

LAS DEMANDAS

Los líos judiciales por los Derechos de Autor de «La Pollera Colorá» se aclararon el 27 de mayo de 2010.

Según informó El Espectador en ese día, «La pollera colorá»fue registrada ante el notario primero del Circuito de Barrancabermeja, el 24 de octubre de 1962, por Wilson Choperena en calidad de autor de la letra, y Juan Bautista Madera Castro como autor de la música.

En junio de 2000, Madera denunció que le habían sido desconocidos sus derechos materiales, morales y económicos sobre la canción. Como prueba, presentó contratos que firmó Choperena con casas disqueras de Colombia y el exterior, como Sonolux en octubre de 1971, y Sono Inter en junio de 1996, en los que cedió y transfirió, total e ilimitadamente, todos los derechos patrimoniales sobre el tema.

Como consecuencia, en enero de 2010 Wilson Choperena fue condenado por el Juzgado 24 Penal del Circuito a 24 meses de prisión y a pagar una multa de más de COP $10 millones por el delito de defraudación a los derechos patrimoniales de autor. El abogado defensor apeló, pero el Tribunal Superior de Bogotá ratificó la sentencia en junio del mismo año.

Una de las pruebas aportadas fue un certificado expedido en 1999 por el gerente de Sayco, en el que consta que Juan Bautista Madera posee el 50% de los derechos de la obra como compositor, Wilson Choperena el 25% como autor y Sono Inter con el 25% como editor de la pieza musical, y que Madera y Choperena son coautores de la obra.

Alberto Suárez con el popular locutor Gonzalo Ayala.