Alejandra Isaza
Indignación causó entre los promotores discográficos el título que les dio Alejandro Villalobos, director de la Mega.
Cuando se lanza un disco hay un proceso en el cual participan el compositor, el arreglista, el productor, el cantante, el grabador y más de 50 personas. Luego en la empresa determinan cuál será el tema para la promoción. Son horas de sesiones en las cuales se elige una canción.
Los encargados de llevarlos a los medios de comunicación se les conoce como promotores, una de sus tareas consiste en hablar con los programadores y directores de las emisoras para exponerles sus razones del por qué tal tema puede ser un éxito.
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La mayoría de las veces, los temas quedan, simplemente, en cajones del olvido porque tanto programadores como directores no les prestan atención.
Es la lucha diaria a la cual se somete el talento artístico. Por eso no es fácil triunfar. De pronto encuentra de buen genio al programador quien le deja participar una o dos veces con el disco o, gracias a sus relaciones, le permite, al menos escuchar la canción.
En esas gavetas han quedado sueños, ilusiones, desdichas de miles de cantantes.
Gracias a las redes sociales, las plataformas y otros medios, muchas de esas canciones las escucha el público y a veces, se convierten en grandes éxitos que nunca serán transmitidas por emisora alguna.
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Existe la distancia entonces entre el público y las emisoras. Razón por la cual la sintonía radial es cada vez menor, porque el público tiene su gusto, muy distinto al del programador o director de una emisora.
Alejandro Villalobos, es un hombre de unos sesenta años que dirige una estación juvenil conocida como La Mega, de RCN.
En alguna época estuvo en los primeros lugares, pero ahora, en forma discreta, está entre las primeras veinte de la sintonía Bogotana.
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En estos días el veterano director determinó hacer un en vivo por Instagram, en el cual elogiaba a su amigo Alejandro Marín y hablaba de su paso por la Equis de Todelar y por la W Radio, «donde hacía un programa malito al medio día».
En su monólogo, mientras caminaba por un potrero y se oía su jadeo, porque los años no pasan en vano, decía que Alejandro Marín había sido promotor discográfico, pero que era diferente de muchos promotores, «porque normalmente los promotores de radio son unos lameculos con los directores de radio».
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La expresión vulgar, despreciativa, no cayó bien dentro de los promotores radiales, ni mucho menos dentro de los directivos de las casas discográficas que, de inmediato, llamaron a Fernando Molina, presidente de RCN Radio para exponerle lo sucedido y enviarle la grabación.
Los promotores comentaron que esa era una de las estrategias de Villalobos, ahora de capa caída, para crear escándalo y hacer que hablaran de él.
Otros comentaron que RCN Radio siempre lo defendería porque Fernando Molina lo tiene entre sus consentidos.
De todas formas, Villalobos demostró con su léxico, la baja categoría que tiene y se nota del por qué la radio en Colombia y en especial la de RCN está en esos lugares de sintonía.