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Jesús Ignacio García Valencia: «LA JUSTICIA SIN AUTONOMÍA NI INDEPENDENCIA E IMPARCIALIDAD NO ES JUSTICIA»

Jesús Ignacio García Valencia

 

 

Víctor Hugo Lucero Montenegro

Primicia Diario

 

Jesús Ignacio García Valencia, es el jurista que más artículos ha logrado colocar en los códigos tramitados durante más de 20 años como representante a la Cámara y senador de la República.

Entregado de lleno al estudio del derecho como profesor de diversas universidades colombianas. Conferencista calificado especialmente en derecho penal, su fuerte como abogado.

Ahora está depositando sus conocimientos a través de conferencias, mesas redondas, foros y debates, donde ha sido calificado como Maestro del Derecho.

Jesús Ignacio García Valencia es un invitado a la edición 1.000 de Primicia Diario:

Maestro: ¿Cómo observa en este instante la justicia en Colombia? 

-La justicia en Colombia tiene dificultades. Hay una crisis de credibilidad sobre todo por fenómenos como el denominado «cartel de la toga» que ha minado gravemente la imagen de la cúpula de nuestra justicia ordinaria.

En los demás niveles, la sociedad tiene la percepción de una justicia tardía, que no resuelve los conflictos en plazos razonables prolongando la indefinición sobre los derechos en disputa. Y en el campo específico de la justicia penal hay una decepción muy grande con el funcionamiento del sistema acusatorio porque a pesar de estar diseñado en la ley para ser muy ágil y expedito en la resolución de los asuntos sometidos a su conocimiento, en la práctica los procesos no marchan como es debido, hay muchos aplazamientos de las audiencias y esto demora el pronunciamiento judicial. En el argot popular ya se lo identifica como «el sistema aplazatorio».

 ¿La justicia necesita reforma? 

-Si es evidente que necesita reformas. El sistema de escogencia de los Magistrados de las Altas Cortes debería garantizar la manera que junto a los funcionarios de carrera accedan a ellas grandes maestros del Derecho como Jairo Parra Quijano, Jaime Bernal Cuellar, Hernán Fabio López Blanco, Alfonso Gómez Méndez, Fernando Velásquez, Nodier Agudelo Betancur, Orlando Gómez López, y otros que no menciono en aras de la brevedad. La mejor jurisprudencia debe nutrirse de la experiencia judicial, de la práctica en el litigio y de las enseñanzas de la academia.

En los últimos lustros, a nivel legal, se ha avanzado en el establecimiento de la oralidad en los procesos y en permitir el uso de las tecnologías para darles mayor celeridad. Sin embargo, esos cambios legales no han dado los resultados esperados porque la implantación de esas medidas requiere importantes inversiones de parte del Estado que infortunadamente los gobiernos han sido renuentes a realizar.

 

¿Cuáles son los cambios urgentes que necesita la justicia para ser operante? 

-La justicia necesita una mega inversión. El Estado debe ser consciente que la justicia es el fundamento de la convivencia, de la realización de los derechos de los asociados y que no debe escatimar esfuerzos para otorgarle los instrumentos necesarios para su cabal funcionamiento. Se requieren más jueces. La presencia del Estado con la justicia local y rural en los más apartados rincones de la geografía nacional. En el campo penal se necesitan más investigadores, más laboratorios de criminalística, más salas de audiencias, más implementos tecnológicos para el desarrollo de estas.

En relación con las altas cortes se debe cambiar el sistema de escogencia de los magistrados de tal manera que la Magistratura corresponda a la culminación de una carrera brillante en el campo jurídico y, por tanto, a los méritos logrados en la academia, la judicatura y el ejercicio profesional; es necesario, también, eliminar las funciones de intervención en la nominación de Altos Funcionarios del Estado que la constitución vigente les entregó. La misión esencial de los jueces es impartir justicia.

¿El gobierno, la dirigencia política y en especial el partido de gobierno han irrespetado a la justicia? 

-En un Estado Constitucional, uno de cuyos principios fundamentales es la división de poderes, la justicia debe ser respetada, sus decisiones acatadas y su autonomía e independencia no pueden ser interferidas ni por el gobierno ni por el congreso. Además, esos principios medulares de la justicia están garantizados por la Constitución cuando dispone que los jueces sólo están sometidos al imperio de la ley. Obvio que como todas las instituciones es susceptible de críticas, pero dentro de los límites del respeto.

¿Qué opinión tiene de la denuncia de la existencia de un «cartel de abogados» que se ha lucrado de los fallos de la justicia por influencias o sobornos? 

-Si eso es así me parece muy grave y la justicia, si lo comprueba, debe ser ejemplar en la imposición de las sanciones que de acuerdo con la ley correspondan.

¿El resultado fatal de la justicia, acaso no es culpa del Congreso que legisla y dicta las normas y los Códigos? 

-Por lo general las normas son bien concebidas. Más bien se encuentran deficiencias en el ejecutivo que no hace los esfuerzos requeridos para crear las condiciones para que la justicia pueda cumplir cabalmente su misión y las disposiciones legales tengan cabal aplicación.

¿La justicia en Colombia para Usted es: ¿Un poder autónomo e independiente?

-Lo es por definición porque la justicia sin autonomía ni independencia y, por tanto, sin imparcialidad, no es justicia ya que obedecen a intereses diferentes a los que inspiran la ley que se guía por la búsqueda del bien común. 

¿La justicia en Colombia tiene credibilidad? 

-Como lo expresé antes hay una crisis de credibilidad que con unas reformas muy puntuales se puede superar al igual que con la dotación de los medios para que pueda funcionar y ser eficaz.

¿Los magistrados son maltratados y amenazados cuando cumplen con su deber con los llamados «intocables»?

-Los magistrados siempre deben ser respetados. Sus fallos se deben acatar y las controversias que susciten deben resolverse al interior del proceso. Pueden ser sometidos a la crítica constructiva porque como toda obra humana es susceptible de perfección y de enmienda cuando se ha incurrido en error o deficiencia.

 

¿La justicia en todos los niveles según la opinión de algunos juristas se encuentra permeada por la corrupción, Usted qué opina?  

-No creo en esa generalización. Puede haber casos puntuales, pero de ellos no se puede deducir que toda la justicia es corrupta. Y es la misma justicia la llamada a depurar esas excepciones. Y en los casos que se han conocido la actuación de los jueces ha sido recta y proba como corresponde.

«La justicia necesita una mega inversión»: García Valencia.