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Lo dicho: EL DICTADOR JUGO CON CANDELA

La protesta era pacifica hasta que el gobierno ordenó una represalia contra la gente.

 

 

Gustavo Castro Caycedo

Tardío el pánico que hoy invade a Iván Duque, causado por las consecuencias de las estupideces que ha cometido, y por los trágicos resultados  del irreparable saldo de jóvenes asesinados; y la destrucción causada por la vandálica anarquía que él, y nadie más, inspiró.
Ya ni su renuncia podría resarcirle  a Colombia el daño, las lágrimas y la sangre que le han causado sus mentiras, su demente osadía, su prepotencia y su delirio de «vitrina», que lo llevaron a creerse un emperador, aunque en realidad es un enajenado  dictadorsuelo, obsesionado con el autobombo, la auto publicidad,  y una ebria megalomanía reiterada cada día en el más  abusivo programa de televisión en la hitoria de la TV nacional, financiado con miles de millones de pesos del erario público y con fondos que le raponeó a la paz, para mentirle todos los días a los colombianos y para mancillar la patria.
Hace casi un mes titulé mi última columna: «Está jugando con candela».
Me pregunto, si yo que soy un simple periodista, vi lo que venía, cómo es que él y su camarilla de genuflexos y  áulicos no?
Desafortunadamente el irreparable daño que le ha hecho a Colombia y a los colombianos no tiene reversa.
Dios lo perdone por el mal que le ha  causado a la patria; apátrida.