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Opinión: LA VERDAD VERDADERA

Jóvenes tratando de cubrirse de la arremetida de la policía. 

Néstor Raúl Charrupí 

Ex presidente Tribunal Superior de Popayán 

Nunca antes en la historia de Colombia habíamos tenido un presidente tan narciso como Iván Duque, pues se cree el mejor presidente, no pronuncia el nombre de Santos, sino que le llama su antecesor, manifiesta mentirosamente además, que él ha hecho 10 veces más por la paz que su «antecesor», rechaza la ayuda ofrecida por este, con un displicente y silenciosa omisión.
Si se negó a recibir la Minga indígena (amados por todos los europeos) a finales del 2019 con más de 1000 individuos, los cuales para él, seguramente no eran dignos de la majestad que encarna, relegándolos a una comisión subalterna gubernamental de viceministros, mientras el, cual emperador romano, con el país en llamas tocaba, no la lira como Nerón, sino la guitarra. Cómo procederá con los demás opositores parroquianos que cuestionan con paro su gobierno.
En ese mismo año y sentido se negó, no solo, a negociar con el comité de paro, sino que ni siquiera los recibió en su despacho. En lugar de la propuesta, rogada por ese comité, para que los atendiese ofreciéndole a él, por calificada persona (Presidente) el motivo y soluciones a su protesta.
Duque para soslayar se inventó otro comité lleno de afines empresarios, sinecuras, corbatas, lagartos, y como cuota juvenil: escogió el, o  sus amanuenses, presumo nuevamente, algunos jovencitos que provenían de la Universidad Sergio Arboleda (su alma mater, la cual se ha empecinado en promocionar a cualquier costo, sobre todo, en burocráticos nombramientos con o sin calidades).
Ahora se presenta el mismo descontento del 2019, con los mismos actores, pero esta vez el presidente no pudo  soslayar o ignorarlos como en el 2019 dejando pasar el tiempo, hasta que estos descontentos se desgastan con el paso de los días;  todo esto porque la forma de lucha muto, con el protagonismo de los jóvenes, desde luego, forma de lucha muy cuestionada, pero eficazmente novedosa: LOS BLOQUEOS.
Creyó, obcecadamente además, que estos se acabarían  con  fuerza policial, pero cada vez  salían más y más jóvenes a realizarlos, con dichos bloqueos, lo reconozco sufrimos todos, pero  antes de estos, el gobierno no oía, y esos imberbes encontraron una manera brusca y artesanal de ser oídos.
Con casi 50 jóvenes muertos o asesinados en los enfrentamientos con la policía, en evidente el desmedido y desproporcionado uso de la fuerza policial, según los videos, por desbloquear o quitar  tales talanqueras, pero estos no se acabaron, al contrario, persistieron, no solo en Bogotá y Cali, sino, en todo el territorio nacional
De ipso facto se le acabo al presidente el autismo y la arrogancia, con ese «no me importismo” que lo ha caracterizado, de creerse el mejor, y cuan  emergente «demócrata», de repente aparece invitando a negociar al comité de paro.
Lo anterior le ha granjeado una nefasta imagen internacional: como «violador de los derechos humanos», y ahora  ese desprestigio a nivel internacional, le está saliendo muy caro, no solo a él, sino a todos los colombianos, porque a más de la malquerencia de la mayoría del pueblo, está degastando, innecesariamente por terquedad, la democracia colombiana.
Los bloqueos nos perjudican, de una u otra manera a todos los colombianos, pero por des fortuna el presidente Duque, no oyendo la protesta pacífica, propicio esta no deseable alternativa, para esos desesperados jovenzuelos,  dándole paradójicamente justificación a ese proceder, para optar por ese violento camino, ocasionando injustos daños colaterales. Quizás sea el momento de terminar esta medida de choque, pues su fin el de ser oídos parece que se esta cumpliendo.
Solo esperamos presidente Duque, que haciendo a un lado su arrogante megalomanía, y su culto obsecuente a las medidas de fuerza, negocie rápidamente con el comité de paro, el país se le está desmoronando en sus manos y la historia no dirá que la culpa fue de los jóvenes que bloquearon las calles, sino que lo culpara a usted, que fue nombrado como presidente de todos los colombianos.