Noticias, TOP

Papa Francisco: «MENOS ARMAS Y MÁS COMIDA, MÁS VACUNAS Y MENOS FUSILES»

El Papa Francisco

 

 Inés San Martín 

El Papa Francisco dijo que la guerra es una «una claudicación vergonzosa» ante las fuerzas del mal, y dirigiéndose a los participantes de un encuentro interreligioso por la paz, pidió a los creyentes de todas las religiones que «desactivemos la tentación fundamentalista, cualquier insinuación a hacer del hermano un enemigo».

Las personas de fe, dijo Francisco, tienen la responsabilidad de ayudar a erradicar el odio de los corazones humanos y condenar toda forma de violencia.

«Con palabras claras, exhortamos a deponer las armas, a reducir los gastos militares para proveer a las necesidades humanitarias y a convertir los instrumentos de muerte en instrumentos de vida. Que no sean palabras vacías, sino peticiones insistentes que elevamos por el bien de nuestros hermanos, contra la guerra y la muerte, en nombre de Aquel que es la paz y la vida» dijo Francisco.

«Menos armas y más comida, menos hipocresía y más transparencia, más vacunas distribuidas equitativamente y menos fusiles vendidos neciamente. Los tiempos nos piden que seamos voz de tantos creyentes, personas sencillas e inermes cansadas de la violencia, para que quienes tienen responsabilidades por el bien común no sólo se comprometan a condenar las guerras y el terrorismo, sino también a crear las condiciones para que no se extiendan», insistió el pontífice, ante el aplauso de los presentes.

Francisco también dijo que la COVID-19 ha sido una oportunidad para recordar que es imposible permanecer sano cuando el mundo está enfermo, refiriéndose no sólo al coronavirus: «En los últimos tiempos, muchas personas han contraído la enfermedad del olvido, del olvido de Dios y de los hermanos. Esto ha llevado al individualismo desenfrenado y al deseo de autosuficiencia, que se ha desbordado en una codicia insaciable».

Esta codicia ha tenido un impacto en la creación de Dios, siendo el aire «rico en toxinas, pero pobre en solidaridad».

Condenando la guerra, Francisco dijo que «juega» con las vidas humanas, al igual que la violencia y el floreciente comercio de armas, que a menudo se mueve en las sombras, alimentado por «alimentado de ríos subterráneos de dinero».

«La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal», dijo.

Durante su intervención, Al Tayyeb dijo que, entre la crisis climática y la de la pandemia, y la forma en que ambas afectan a las familias, el mundo debería haber recurrido inmediatamente al cielo para invocar la misericordia en respuesta a las plegarias de las víctimas, y a las empresas farmacéuticas para conseguir la vacuna.

«Los pueblos sufren», dice el apelo. «Sufren los refugiados de la guerra y de la crisis medioambiental, los descartados, los débiles, los indefensos. A menudo son mujeres ofendidas y humilladas, niños sin infancia».

«Los pueblos sufren», dice el apelo. «Sufren los refugiados de la guerra y de la crisis ambiental, los descartados, los débiles, los indefensos. A menudo son mujeres ofendidas y humilladas, niños sin infancia, ancianos abandonados. Los pobres, tan a menudo invisibles, participan hoy de manera especial en nuestro encuentro: son los primeros en invocar la paz. Escucharlos nos hace comprender mejor la locura de todos los conflictos y de la violencia».

Según los organizadores del evento, que redactaron el mensaje, las religiones pueden construir la paz y educar a los fieles en ella. En cambio, las religiones «no pueden utilizarse para la guerra», porque sólo la paz viene de Dios.

«Nadie debe utilizar nunca el nombre de Dios para bendecir el terror y la violencia», leyó la mujer afgana. «Si ves guerras a tu alrededor, ¡no te resignes! Los pueblos anhelan la paz».

Las personas de fe, dijo Francisco, tienen la responsabilidad de ayudar a erradicar el odio de los corazones humanos y condenar toda forma de violencia.