Colombia y Venezuela abrían desde hoy la frontera común que estuvo cerrada.

Los presidentes de Colombia Gustavo Petro y de Venezuela Nicolás Maduro, han venido hablando telefónicamente sobre las relaciones que se reinician entre los dos países.

A partir de hoy se reanudan las relaciones diplomáticas, económicas y de toda índole entre Colombia y Venezuela, rotas por el Gobierno de Iván Duque, originando la miseria en la zona fronteriza de nuestro país que derivan su sustento de las compras que realizaban los ciudadanos venezolanos.

El presidente de Colombia Gustavo Petro desde su campaña política había anunciado   que no tenía ningún sentido que dos países con tantos intereses se perjudican mutuamente.

Lo que se espera a partir de este momento es que, gradualmente, empiece a funcionar el transporte de carga y los vuelos directos entre los dos países. Pero esto va tomar algún tiempo. No se espera ver el funcionamiento normal de las fronteras como ocurría antes de la crisis, según el ministro de Transporte de Colombia, Guillermo Reyes.

«Estamos en un proceso de una implementación gradual», dijo Reyes. Agregando;«Esto hay que hacerlo con mucho cuidado para no tener contratiempos, pero lo más importante es que hoy empieza la hermandad otra vez entre nuestros países sin fronteras».

Este proceso gradual permitirá restablecer la confianza entre las partes.

«Estamos pensando en que va a haber un movimiento de carga en crecimiento, va a ser gradual, puede que estemos pasando pocos vehículos con carga de importación y exportación este lunes (26 de septiembre), pero justamente eso es lo que lleva a que se retome otra vez la confianza y que los actores empiecen a generar movimiento de exportación e importación», dijo Luis Felipe Fuentes, director de Comercio Exterior del Ministerio de Industria y Comercio de Colombia, a periodistas en la aduana de San Antonio de Táchira.

En Barranquilla la empresa Monómeros de propiedad del Gobierno Venezolano, empezó a renacer luego que la administración pasada de Duque la entregó al  opositor Juan Guaidó en compañía de empresarios colombianos pertenecientes al uribismo la acabaron en su totalidad como consecuencia de la defraudación y la corrupción.