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Conozca los 7 pilares: PARA CONSTRUIR PAZ DESDE LAS AULAS

«Educación para la paz»

 

 

 

Planeta Formación y Universidades, red internacional de educación superior, reunió expertos de alto nivel del sector educativo y con experiencia en resolución de conflictos, para dar a conocer cómo desde el interior de las aulas de clase se puede contribuir a construir una cultura de paz. La red educativa desarrolló el webinar «Educación para la paz», con el fin de demostrar por qué el inspirar la transformación de los alumnos y fortalecer el compromiso con la calidad educativa desde aspectos como la paz y la buena convivencia impulsan el crecimiento integral del talento, que, a su vez, hará progresar la sociedad, propósito fundamental de la red internacional.

El panel moderado por Juan Ramón Samper, Rector de la Corporación Universitaria Iberoamericana- IBERO, que forma parte de la red internacional de educación superior Planeta Formación y Universidades y conformado por Cecilia Barbieri, Jefe de la Sección de Educación para la Ciudadanía Mundial y Educación para la Paz, de la UNESCO; Miriam Arely Vázquez, directora del Grado en Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de Valencia- VIU que también forma parte de Planeta Formación y Universidades; y Paco Cascón Soriano, profesor y asesor en temas de resolución de conflictos y educación para la paz en diversos centros educativos, dio a conocer que para abordar los retos que trae educar para la paz, es necesario construir sobre los siguientes pilares:

  1. Educarnos sobre el conflicto: según los expertos, la piedra angular de la educación para la paz es entender la diferencia entre «conflicto» y «violencia», pues el primero es inherente a la condición humana, mientras que el segundo es resultado de la falta de herramientas, capacidades y argumentos para solucionar, precisamente, los conflictos.

El profesor Paco Cascón Soriano explicó que «la violencia es la consecuencia de cualquier conflicto no afrontado y no resuelto. El acoso escolar, por ejemplo, es muestra de ello, pues, aunque hay muchos programas de atención para este problema, la mayoría operan cuando ya hay golpes o maltratos, es decir, cuando el conflicto se ha desatado en violencia. Es necesario adelantarse y reconocer que todo el mundo siente la necesidad de ser incluido desde el respeto a su diversidad. Si empezamos trabajando esto, evitaremos procesos de respuesta a la crisis». Asimismo, agregó que «el conflicto puede ser positivo y pedagógico pero la violencia es intolerable en todas sus formas. Educar en el conflicto significa dotarnos de herramientas para reconocerlos y para afrontarlos».

  1. Reconocer las diferencias: en este punto Cecilia Barbieri de la UNESCO afirma que «la paz empieza en la mente de las personas por lo que tenemos que hablar de reconocer la diferencia pues todos somos distintos. Por ejemplo, aún en una clase con personas de un solo país encontramos diferencias, por lo que la enseñanza es la base para comprender que todos somos parte de una madera común, una misma familia humana al final».

La que fuera directora de la UNESCO para América Latina y actual jefe de la sección de educación para la paz de la organización, explicó que es importante que los sistemas educativos y tomadores de decisiones realicen un cambio hacia una educación que se base en los derechos humanos y las libertades fundamentales. Asimismo, comentó que desde la UNESCO «tenemos un enfoque que hemos llamado educación para la ciudadanía mundial, y lo consideramos como una oportunidad para repensar y proponer métodos de enseñanza que promuevan un compromiso que sea pacifico, democrático y que cuestione las exclusiones, racismos, sexismo, etc».

  1. Aprender a comunicarnos: el diálogo, la negociación y la mediación, son herramientas fundamentales para evitar la violencia. Aprender a comunicarnos bien significa empatizar, ponernos en el lugar del otro, escuchar activamente, explicarse bien y argumentar, buscando espacios para cooperar, impulsando el crecimiento del talento para hacer avanzar la sociedad.

En este sentido, Miriam Arely Vázquez de la VIU comentó que «la comunicación lleva a los alumnos a tener la capacidad de ponerse en los zapatos del otro, por lo que es relevante educar en valores, cosa en la que los mismos docentes también tenemos que transformarnos».

  1. Formar seres integrales: impulsar el talento para transformar los alumnos y la sociedad desde la integralidad, entendida ésta como la capacidad de actuar coherentemente. Según Cascón Soriano «justamente la interacción con los demás es la que nos cuestiona y nos hace autoevaluarnos, por lo cual es importante no separar lo privado de lo público, lo individual de lo colectivo y mantener la coherencia entre las dos cosas. No sirve de nada cambiar estructuras, metodologías y contenidos -que hay que hacerlo-, si como personas o educadores, somos intolerantes e impositivos».
  2. Separar a las personas del problema: hay que separar las personas, los problemas y los procedimientos para solucionar los conflictos, pues el ser humano no es el conflicto, ni el enemigo, es solo alguien diferente con quién tendrás que convivir, por lo tanto, podemos ser intolerantes con las actitudes y comportamientos, pero no con las personas.

«Muchas veces se insulta y se grita a las personas en lugar de ser firmes en mantener las opiniones. Mejora tus argumentos en vez de pasarte a la violencia. Con la persona que tenemos un conflicto tenemos por lo menos una cosa en común: el conflicto. Podemos dedicarnos a destruirnos mutuamente o sumar energías para acabar con el conflicto que tenemos entre los dos», concluyó el experto en solución de conflictos, Paco Cascón.

  1. Expresar las emociones: educar en el reconocer y expresar las emociones es una herramienta para liberar las tensiones y no acumular motivos que puedan llevar a la violencia. Paco Cascón Soriano puntualizó que: «negar las emociones es como mantenerlas en una olla exprés y dejarlas al fuego, poco a poco van creciendo y acaban estallando en el peor momento, de la peor manera y con la persona menos oportuna. Debemos crear espacios en el aula y en las instituciones que permitan expresar las emociones», compartió.
  2. Recuperar la confianza de los jóvenes: Cecilia Barbieri explicó que «es necesario invertir mucho más en experiencias educativas holísticas, no sólo centradas en el desarrollo de habilidades cognitivas, sino que consideren el aprendizaje socioemocional y comportamental. Utilizar la educación como herramienta para poder co-diseñar y co-desarrollar con los jóvenes, capacitarlos para que sean verdaderos agentes de cambio; esto significa escuchar, tener una participación activa, canalizar las formas de protesta, ayudarlos, formarlos para poder construir los cambios. Es preocupante la disminución de la confianza de los jóvenes en las instituciones públicas, por lo que es relevante actuar para cambiar esta percepción».

De acuerdo con Miriam Arely Vázquez los docentes son fundamentales en la creación de la confianza en los jóvenes por lo que comentó que «es importante revisar cómo estamos enseñando, ya que se educa principalmente con el ejemplo, escuchando las propuestas de los jóvenes. Es fundamental regresar a entender las aulas de clase como espacios de encuentro de conocimientos, producción, organización social, política y personal», expresó.

«La comunicación lleva a los alumnos a tener la capacidad de ponerse en los zapatos del otro, por lo que es relevante educar en valores, cosa en la que los mismos docentes también tenemos que transformarnos»