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Historia: LA CAMISA DEL LIBERTADOR

Simón Bolívar en magas de camisa

 

 

 

Hernán Alejandro Olano García

Además de prendas representativas como el «Chapeau Bolívar» o la espada del Libertador, otro elemento llamativo de su indumentaria tiene que ver con los últimos días del Padre de la Patria, la camisa prestada con la que murió.

El 6 de diciembre de 1830, Bolívar llegó a la Quinta de San Pedro Alejandrino, con el cuerpo moribundo y el alma transida de dolor y revisando la estancia, dijo:

«¿Qué obras tiene aquí señor Mier?

Contesta don Joaquín:

-Mi biblioteca es muy pobre

Bolívar dice:

– ¡Cómo! ¡Si aquí tiene usted la historia de la Humanidad!

Aquí está Gil Blas, el hombre tal cual es; Aquí tiene usted el Quijote, el hombre como debiera ser.

Y, una tarde, agobiado de pesar, en medio de sus fieles compañeros en el patio de la quinta, bajo al sombra amiga de los frondosos tamarindos, que aún existen, aquel gran corazón siente ya el hielo de la muerte exclama impía y amargamente: ¡Jesucristo, don Quijote de la Mancha y yo hemos sido los más insignes majaderos de este mundo…!»

A estos acontecimientos se refirió Cornelio Hispano, autor de varios libros sobre Bolívar, cuando recogió además este otro episodio: «Desde los mismos tristes días de diciembre de 1830, purpurados con el ocaso de San Pedro Alejandrino, la voz del pueblo, que es la voz de Dios, y la que ha forjado siempre las más bellas leyendas del mundo, sintetizó para la posteridad una de las mayores y excelsas virtudes de Bolívar, el desinterés, en una frase admirable: «Murió sin camisa».

No es que Bolívar haya muerto desnudo, pero testimonios como los de las Memorias del general Joaquín Posada Gutiérrez; el de la aduana de Curazao de 8112; el desembarco en Santa Marta del 23 de julio de 1815; el de Jamaica de 1816; la entrada «triunfal» a Bogotá en 1819; la donación en 1821 a Fernando de Peñalver; la carta de 1829 al doctor Álamo y, las Memorias de José María Espinosa en 1876, refieren el desprendimiento del Libertador de bienes y ropajes.

Aquí entra en la historia en Cacique Mamatoco, José Antonio de la Concepción Núñez y Manigua, alias Minca Aracataca, a quien, por su apoyo a la resistencia, Pablo Morillo quiso premiarlo como fiel a la Corona española, tanto así que la Academia de Historia del Magdalena solicitó al Gobierno español hacer efectiva la entrega de la Real y Americana Orden de Isabel la Católica, prometida a Mamatoco en 1816.

Según Hispano: «Llegado el día señalado, el cacique, una vez en Santa Marta, compró camisa, levita, chaleco y pantalones, arreglo se lo mejor que pudo y se presenta al Pacificador. Mas, al recibir la medalla, se sintió humillado, y, temeroso de la censura de su tribu, no quiso Volver a Mamatoco con insignias ni con vestidos distintos de los de su raza, y todo lo dejó en Santa Marta, en casa de su amigo don Faustino de Mier, donde años más tarde se veló el cadáver de Bolívar».

Y agrega:

«Un criado del señor de Mier recogió las prendas desdeñadas y las guardó en el ropero de su amo» …

El general Laurencio Silva… «a la noticia de que no había camisa para el Libertador, corrió a su pieza, tiró del cajón de un armario que allí había, buscó, rebuscó, creyendo que aquello le pertenecía, y encontró, al fin, una camisa de olán batista, rica en encajes, pero amarillenta por los años, que había llevado el último cacique de Mamatoco el día que lo condecoró Morillo, y que ahora abrigaba el cadáver de Bolívar».

«Tan ajustada a la verdad es la relación del doctor Reverend que efectivamente en el minucioso inventario de los «Bienes que dejó el Libertador en San Pedro Alejandrino», aparecen inventariados «dos colchas, unos pantalones de paño, un colchón, manteles usados, grandes y chicos, de dril, de algodón, de hilo”, etc., etc., pero no se menciona ninguna camisa». Fuente: Boletín de Historia y Antigüedades de la Academia de Historia, T. I, p. 41, Bogotá, 1902.

«Bolívar murió, pues, no hay duda alguna, sin camisa, y nunca, en su breve y maravillosa vida, encontró la del hombre feliz, porque Bolívar, como el hombre feliz, no tenía camisa».

El Padre de la Patria, murió con una camisa prestada.