Opinión, TOP

Con las horas contadas: EL «CASTROCHAVISMO»

Venezuela en un gesto de solidaridad con Colombia envió 16.000 toneladas de urea , para reactivar la empresa Monómeros para producir fertilizantes. Esa empresa fue saqueada por el Gobierno de Duque y el farsante de Guiado.    

 

 

 

Luis Fontalvo Prieto

A Barranquilla llegó el primer buque venezolano con más de 16.000 toneladas de urea tan solo unas horas después de ser anunciado por el embajador de Colombia en Venezuela, tres días antes de restablecer las relaciones comerciales.

    La llegada de este insumo clave para la agricultura es el comienzo de los beneficios que se derivan de mantener las buenas relaciones entre Colombia y Venezuela, vueltas tensas por cuenta del «castrochavismo» predicado por Álvaro Uribe y completamente rotas durante los cuatro años de mal gobierno de Duque.

    Esa ruptura tocó extremos como el llamado «cerco diplomático» contra Venezuela agenciado con Bolsonaro de Brasil, Piñera de Chile y el autoproclamado Juan Guaidó; en febrero del 2019 celebró un concierto en la frontera con afanados artistas anunciando la caída del presidente Maduro «en pocas horas»; en el caso de Aida Merlano, el ridículo al pedir su extradición a Guaidó y no a Nicolás Maduro.

    El «castrochavismo», las «expropiaciones» y toda la estrategia para sembrar miedo contra @petrogustavo al estilo de las asperezas propias del uribismo, con su llegada a la presidencia de la República empezó a esfumarse por completo.

    En cumplimiento del mandato otorgado al presidente Gustavo Petro, Colombia y Venezuela recuperan mañana las buenas relaciones en un plano de respeto mutuo por la soberanía de cada país para beneficio de ambos pueblos hermanos.

    La empresa Petroquímica de Venezuela empezó a ayudar con el restablecimiento de la producción de fertilizantes en Monómeros en suelo barranquillero con el objeto de abastecer el plan agroindustrial del actual gobierno.

    Los barranquilleros en «pocas horas» veremos pasar rumbo a bocas de ceniza el cadáver del «castrochavismo» y otras hierbas que quedarán flotando para siempre sobre las olas del mar caribe.