EL NEFASTO Y MEDIOCRE GOBIERNO DE IVÁN DUQUE
Jaime Vélez Guerrero.
Sin duda, el presidente actual de los colombianos no lo deben recordar, la historia tiene que omitirlo, por la mala administración y la tenaz violencia que irradió en todo el continente americano, llevando a este territorio a una desestabilización en el campo de la seguridad. Sin dejar atrás su lengua de víbora venenosa que hirió constantemente la sensibilidad humana, cuando arremete con su vocabulario soez y pertinaz en contra de los mandatarios o funcionarios de los gobiernos que el discrepaba.
El comportamiento del presidente saliente de Colombia Iván Duque podría estar caminando en un delirio de grandeza, producto de una enfermedad, pues desde que inició su mandato hasta su postrimería mantiene e insiste en ideas que no son las mejores, en otros términos erradas. Esto le ocasionó una mala reputación en la opinión pública, que ha traído consigo a mi juicio una desaprobación en la gestión del gobierno, la cual debería quedar en un 95% aunque la prestigiosa empresa encuestadora colombiana Yanhaas haya afirmado que la misma se encuentra en un 89%.
Los cuatros años de mandato de Iván Duque fue anclarnos al pasado, puesto que nunca analizó el desarrollo transnacional, ni siquiera un proceso nacional, pues su sectarismo le perturbó su raciocinio, por tal sentido no permitió restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela, dejando con grandes pérdidas económicas a industriales, empresarios, comerciantes y, a la comunidad en general. Igualmente, producto de esto, en nuestro país se elevó la criminalidad y el crimen organizado.
Lo que sí contribuyó el presidente saliente Duque, fue polarizar los países latinoamericanos por la problemática entre la oposición y el gobierno venezolano. Esto naturalmente repercutió en la estabilidad continental, obstaculizando la germinación unísona de estrategia transnacionales de seguridad y defensa, económicas, de tecnologías, política de derechos penal, civil, laboral, de propiedad y raíz, y la creación de la ciudadanía latinoamericana y del Caribe.
Desde la distancia digo sin pelos en la lengua que el saliente presidente tiene una conducta inmadura, de un púber irresponsable, que no medita sobre las consecuencias de sus actos. Entonces puedo decir que haber elegido primer mandatario a Duque, fue un yerro, que debe tomarse como aprendizaje para no volverlo a cometer.