Los colombianos tenemos la esperanza de lograr recuperar la dignidad de Colombia pisoteada, ultrajada por una clase dirigente que se tomó los recursos públicos a través de la corrupción.

Es una tarea que debe emprender el nuevo Gobierno. La gente tiene la esperanza que por fin cese el festín de la delincuencia que hizo suyos los bienes de los colombianos.

La crisis en que se encuentra nuestra patria es crítica en materia moral, política y social como consecuencia de los hechos delincuenciales cometidos por una clase dirigente que llegó directamente a saquear al Estado, con la complicidad de periodistas, autoridades,  líderes económicos, religiosos, hasta algunos académicos que perdieron su norte moral.

Los carteles se multiplicaron en la administración pública. Familias, partidos y organizaciones enteras viven de los recursos públicos en forma vitalicia al creer que tienen derecho a enriquecerse de manera ilícita  a costa de la miseria de la mayoría de colombianos.

La Comisión para combatir la corrupción en Colombia, anunciada por el nuevo Gobierno debe parar el festival de la delincuencia. Confiamos en el criterio que puede cumplir el exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia, Iván Velásquez que estará al frente de la misma.

Colombia tiene que rescatar la dignidad del país y castigar de manera drástica  a los culpables de la crisis en que nos han sometido por décadas.