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Nota editorial: PERIODISMO EN CRISIS

Nota editorial: PERIODISMO EN CRISIS

 

La crisis del periodismo tiene que ver con el manejo del país y sobre todo por el establecimiento de la cultura de la corrupción en Colombia.

Los medios de comunicación que se autodenominan «grandes», no pertenecen a los periodistas sino a los grandes empresarios que invierten, pierden plata en el sector de la comunicación, pero cobran por otra «ventanilla», donde tradicionalmente obtienen las más grandes ganancias a cambio de ofrecer la información en favor de los gobernantes impopulares, incapaces y sobre todo amantes de la corrupción.

Mientras tanto las nuevas generaciones de la mayor parte periodistas que están egresando de las diversas Universidades han aprendido que lo importante es escalar posiciones, sin importar que tengan que hacer o realizar. Hay muchos comunicadores que desconocen de manera total la ética. Lo importante es escalar y sobre todo lograr una buena remuneración que le permita hacer parte de una élite.  Los «cargaladrillos», como en el pasado eran conocidos los periodistas que investigaban, denunciaban la corrupción y el crimen. Están desapareciendo estos periodistas del panorama, reemplazados por quienes hoy se prestan a servir a unos cuantos privilegiados con la esperanza de llegar a formar parte de esa clase.

Hoy los medios que describimos, se han dedicado a bombardear un Gobierno que prometió a un pueblo el cambio como consecuencia de la instaurada cultura de la corrupción en todos los niveles. Tristeza sentimos quienes hemos desempeñado nuestra labor periodística, por el comportamiento de algunos comunicadores que actúan y sirven como mercenarios de los medios que únicamente buscan el beneficio y los negocios de sus dueños.

El periodismo libre, honesto y sobre todo ético está a punto de desaparecer de una sociedad donde la corrupción se ha impuesto y donde se admira y hasta se adora a los criminales, mientras que la verdad, la honestidad y la ética buscan sepultarla por cuanto va en contravía de los intereses delincuenciales que se han apoderado de una sociedad en decadencia.

Ojalá el actual Gobierno, que es la esperanza de los colombianos maltratados, humillados, desalojados y perseguidos pueda garantizar a los medios de comunicación independientes su sobrevivencia para que la honestidad, la ética y honradez de generaciones pasadas vuelva a reinar en Colombia.