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¡Oh Camagüey!: ILUMINADA EN CERÁMICA ARTÍSTICA Y UTILITARIA

Mucha fuente de inspiración encuentra el artesano artista en el centro histórico de la ciudad para modelar el barro.

 

 

Texto y fotos

Lázaro David Najarro Pujol

¡Oh Camagüey! es el título del proyecto expositivo personal de cerámica artística y utilitaria, de Ramón Guerra López que se muestra en la Galería Midas de la filial agramontina de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas de Cuba (Acaa), con la curaduría del crítico de arte Yoexy Pilliner López.

Se trata de una docena de piezas en la que el artista, inspirado en Elegía camagüeyana, del Poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén, recrea mansiones, objetos o piezas que identifican a la que el autor de Sóngoro cosongo denominó suave comarca de pastores y sombreros.

Ramón renueva especialmente tinajones camagüeyanos con bellos vitrales y ventanales coloniales de la antigua Villa de Santa María del Puerto del Príncipe. Se ilumina en las inmensas casonas de la época, de techos de «rojiza piel de barro», conformadas por las tejas criollas, los ladrillos cocidos y las múltiples piezas de cerámica.

En la colección también están presentes las iglesias torrenciales referidas por el Poeta Nacional en su Elegía camagüeyana, de sólidas torres, consideradas entre las más hermosas del país, principalmente la de la iglesia de Nuestra Señora de la Merced.

En las ánforas, tinajas, botijas, copas, porta periódicos y porrones cañeros, artísticamente concebidos, el artista plasma la villa colonial de calles estrechas y sinuosas que dan acceso a plazas y plazuelas, entre ellas a la conocida Cinco Esquinas del Ángel, que data del siglo XVIII, conformada por tres calles, dos de las cuales se cruzan en el punto central y la tercera se proyecta diagonalmente desde allí.

Mucha fuente de inspiración encuentra el artesano artista en el centro histórico de la ciudad para modelar el barro, donde existen dos mil 843 inmuebles, entre ellos las plazas de San Juan de Dios, del Carmen, de los Trabajadores y de la Soledad ―en su conjunto, la superficie posee 12 plazuelas y plazas, y seis iglesias.

Fragmentos del poema Elegía camagüeyana, del Poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén:

¡Oh Camagüey, oh suave

comarca de pastores y sombreros!

No puedo hablar, pero me gritan

la noche, este misterio;

no puedo hablar, pero me obligan

el perfil de mi padre, su índice de recuerdo;

no puedo hablar, pero me llaman

su detenida voz y el sollozo del viento.

¡Oh Camagüey, oh santo

camposanto, santo, santo! Beso

tu piedra secular, tu frente ennegrecida;

piso con mis zapatos de retorno,

con mis pies de ida y vuelta,

el gran reposo de tu pecho.

Me veo partir como un jinete. Busco

en tu violada niebla matinal

una calle y la sigo

por entre el laberinto de mi infancia,

por entre las iglesias torrenciales,

por entre los machetes campesinos,

por entre plazas, sangres, gritos

de otro tiempo.

Es un sueño.

Oh, mi pueblo.

¡Oh Camagüey, oh suave comarca de pastores y sombreros!

Ramón renueva especialmente tinajones camagüeyanos con bellos vitrales y ventanales coloniales.

Se trata de una docena de piezas en la que el artista, inspirado en Elegía camagüeyana, del Poeta Nacional de Cuba.