Gustavo Petro, presidente electo de Colombia.

Alberto Camargo

Fueron muchas las conversaciones, dicen los allegados, para que el presidente electo Gustavo Petro, aceptara ponerse corbata el próximo 7 de agosto, para la posesión del cargo más importante del país: la Presidencia de la República.

El nuevo mandatario no quería de ninguna forma usar la corbata.

Los asesores de imagen, le dan nuevo look, le han cortado el cabello, lo peinan, cambió el despeinado tradicional, para que la gente a través de los medios, de más de 200 periodistas que asistirán a la ceremonia de posesión y las transmisiones de televisión, lo vean bien puesto y no con su cabello desordenado y además le pondrán una elegante corbata escogida por su esposa.

La esposa de Gustavo Petro es lo contrario. No sólo por su personalidad, sino por sus ancestros que vienen de familias tradicionales. La primera dama Verónica Alcocer llevará un vestido sastre, cuyo color no ha sido definido, o una bata más sencilla.  Todo el vestuario seleccionado por el conocido diseñador huilense Diego Guarnizo. Se dice que se llenará la plaza de Bolívar y las carreras Séptima y Novena, con grandes pantallas de televisión. No hay recursos en el país, pero será una ceremonia pomposa. Será como un sueño de hadas.

Verónica Alcocer, primera dama de la nación a partir del 7 de agosto.