Un indígena le entrega al presidente del Gobierno Popular de Colombia, Gustavo Petro una piña producida en su cultivo. El Jefe del Estado agradeció y anunció que la compartirá con su familia.
Uribe y Duque cayeron en las garras de la adición de la «droga» del poder, indican expertos.
Víctor Hugo Lucero Montenegro
«El poder es una droga, nosotros no podemos caer en eso o nos fregamos», empezó diciendo el presidente de Colombia Gustavo Petro durante un encuentro con las comunidades indígenas colombianos en la Casa de Nariño, sede del Gobierno Nacional.
Explicó que varios presidentes han experimentado sensaciones que, a su juicio, alejan a los presidentes de la realidad.
El presidente Petro afirmó que basta ver como algunos «han salido llorando del Palacio de Nariño», refiriéndose a la vergonzosa retirada de Duque que hasta el último minuto quiso sabotear al nuevo Gobierno.
Todo esto sucedió en uno de los salones de la sede presidencial en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, cuando el Jefe del Estado Gustavo Petro se reunió con la Organización Indígena de Colombia, ONIC, para escuchar algunas de las peticiones que los pueblos ancestrales tienen al Gobierno Nacional.
En su intervención el presidente Petro hizo hizo una reflexión sobre el poder comparándolo con la droga, pues deforma la realidad.
«El poder es una droga, el poder puede destruir un ser humano, el poder puede llevar a los peores crímenes, el poder es una droga con adicción, la gente con poder quiere seguir teniéndolo, el poder te deforma la realidad. No es sino meterse al Palacio de Nariño y ya verán cómo se experimenta esa droga, entonces ve los gobelinos y la silla dorada, crees que eres un rey», dijo Petro.
Dijo que incluso «es una trampa, porque cuando entra el presidente y cree que es un rey y entonces su mundo es eso, de sentarse en esas sillas doradas y no se dan cuenta que los están engañando».
El presidente Petro destapó la trampa de quienes tras bambalinas ocupan el poder, mientras distraen al presidente de turno con lujos y distracciones haciéndoles creer que son seres únicos y poderosos que terminar creyéndolo y volverse adictos al poder, así como un consumidor de droga lo hace con los estupefacientes.
«Cuando entra el presidente cree que es un rey es porque lo están engañando porque el poder real está fuera de palacio, entonces salen llorando cuando les toca abandonar el palacio de Nariño que es horrible», expresó el mandatario de los colombianos.
El presidente Petro, dijo ser consciente de los peligros que implica el poder y por ello pondrá en práctica que : «El poder real está fuera de Palacio».
«Nosotros no podemos caer en esa droga, ahí si nos acabamos, nos fregamos. Nos toca asumir un poder real», dijo tajantemente el mandatario lamentando que otras personas se hayan caído en esa adición.
ADICIÓN AL PODER ES UNA ENFERMEDAD MENTAL
Guillermo Fource, presidente de Psicólogos sin Fronteras, sobre el tema planteado en Colombia dijo que se trata de una necesidad permanente de estar en lo más alto, de tener relevancia. «Es como una adicción sin drogas», aclara. Una adicción que en algunos casos puede asemejarse a las personas enganchadas al juego o al sexo. Al igual que en éstas, la motivación no es tanto la recompensa sino el mantenimiento y el proceso. El poder llama al poder y cuando consigues algo, quieres más.
Manuel Nevado, psicólogos de Madrid: «El poder genera mucha adicción porque te crees omnipotente y omnipresente pero, cada persona tiene su propia forma de expresarlo». A unas se les nota más que a otras. Hay dos rasgos de personalidad muy característicos que se asocian con esta ambición: la narcisista y la paranoide, entendida esta última como o estás conmigo o contra mí. «Piensan que todo gira en torno a ellos y que pueden hacer lo que quieran sin rendir cuentas a nadie, ni siquiera a los de su propio bando. Tienen una personalidad muy totalitaria. Hay veces en las que se pierde el rumbo y hasta la referencia de los tuyos», explica.
«Los buenos políticos serían aquellos que son inteligentes y elegantes. Es decir, quienes saben decidir adecuadamente en cualquier momento lo mejor en beneficio para la sociedad», sostienen psicólogos sociales.
Estos profesionales citan casos concretos de adición del poder de los expresidentes Álvaro Uribe e Iván Duque,en el ejercicio de la presidencia. Destacan la serenidad de lo hicieron los expresidentes César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y Juan Manuel Santos.
La burbuja en que han vivido varios presidentes de Colombia como consecuencia de haber sido adictos al poder alejándose de la realidad y encerrándose en una burbuja construida por quienes finalmente ejercieron el mando.