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¿NECESITA DE MAGIA NUESTRO FUTURO?

La adivinación y los adivinadores han estado presentes en la historia de la humanidad.

 

 

Manuel Tiberio Bermúdez

A los seres humanos siempre nos ha fascinado e intimidado el futuro. Desde que nacemos miramos hacia adelante, física y mentalmente, para tratar de descubrir  en qué lugar desentrañamos los misterios del futuro que hace parte de  nuestra existencia.

Estudiamos presionados por nuestros padres quienes aseguran que «si queremos tener un buen futuro» debemos estudiar para tener un exitoso rol social.  Casi todo lo que hacemos conscientemente es pensando en el futuro: amoroso, de éxito, social, económico etc.

La adivinación y los adivinadores han estado presentes en la historia de la humanidad.  En la antigüedad había muchas maneras de predecir el futuro, no solo de las personas sino de los pueblos. Realizaban la adivinación invocando a los muertos, mirando las entrañas de los animales que sacrificaban; observando y escuchando las aves; detallando el curso de los astros; es por ello que hay innumerables tipos de «mancias» o artes adivinatorias.

Eromancia, adivinación por medio de aire. Hidromancia: por medio del agua; Cafetomancia: por medio del café; Capnomancia, por medio del humo. Catoptromancia, por medio de un espejo y otras tantas que sería largo de enumerar.

Pero esto de consultar a los adivinos de todas las artes de la predicción no se crea que sea propio de la «plebe»;  los más encopetados aristócratas, reyes, presidentes y hombres y mujeres de poder, se valen de «consejeros» para que les guíen en el camino que van recorriendo en su vida.

Nombres como el de Merlín el mago que aseguran influenció al Rey Arturo y le ayudó a sacar la espada Excalibur de la roca están presentes en la historia.

Jair Bolsonaro de quien dicen recibe los consejos de Olavo de Carvalho, un filósofo de la nueva era, y astrólogo aseguran que influyó  en él para que haga la escogencia de algunos de sus ministros.

Quien no ha oído hablar de que Hitler, el odiado Führer, que se sabe era supersticioso y recibía sin chistar los consejos de Erik Jan Hanussen, reconocido vidente, ocultista y astrólogo austriaco quien además de pronosticarle el futuro le enseñó técnicas de oratoria «para captar la atención del público durante los actos del partido y las alocuciones radiofónicas».

Ni siquiera Mr. Winston Churchill, figura legendaria de la historia se escapó de la influencia de un mago inglés llamado Aleister Crowley de quien dice la leyenda «En plena II Guerra Mundial, Crowley contactó por carta con Winston Churchill y le dio la que, en su opinión, era la clave para vencer a Hitler.

Según el mago, si la esvástica era una cruz en movimiento, su rotación podía detenerse trabando sus aspas con una cuña o una V. Aunque son muchos los historiadores que niegan que el consejo del mago tuviera efecto alguno en el político británico, lo que es cierto es que Churchill aparecía en las fotografías y actos públicos haciendo la V de la victoria con sus dedos y que Hitler perdió la guerra».

También dicen que Ronald Reagan acudía con frecuencia a los consejos de la astrologa Joan Quigley a quien asistió en su auxilio luego del atentado que sufriera en 1981 y tenía como tarea, justamente, —mediante sus predicciones— evitar nuevos sucesos de este tipo.

Y no hay que olvidar a  Rasputín, no la canción del grupo Boney M, que también tiene historia, sino don Grigori Rasputín, monje y curandero que se arrimó a la casa de la familia Romanov debido a que salvó de la muerte a Alekséi, hijo del Zar y que por ello se volvió casi que imprescindible en la vida de la familia. Se dice que Rasputín tenía visiones premonitorias, por lo que era consultado con frecuencia por los nobles rusos sobre su futuro personal y el del país.  Se metió tanto en la vida del Zar y en los asuntos del Estado que el zar decidió asesinarlo.

Son muchos otros los poderosos que han acudido al poder de brujos, santones, hechiceros, astrólogos, etc., porque a pesar del  poder humano que algunas personas logran tener, es tal la incertidumbre ante el futuro que una ayudita mágica nunca viene mal.