Opinión, TOP

Crónica de Gardeazábal: EL ENVERRACADO

Luis Alfonso Escobar, gobernador de Nariño.

Gustavo Álvarez Gardeazábal

El Porce

Este fin de semana me tocó oír la enverracada que en contra mía se pegó el gobernador de Nariño llamándome despótico, grosero y mal informado.

La razón de su emputamiento obedece a que critiqué públicamente , desde este modestísimo balcón, su accionar independiente del orden constitucional de emprender conversaciones con el ELN en su departamento hasta el punto de obligar a congelar las negociaciones que Petro y su delegación realizaban en La Habana.

Amparado en el sospechoso silencio de la casa de Nariño y del ministro del Interior, y de la Procuradora, que no le dijeron nada y se tragaron el salto anticonstitucional, el gobernador se envalentono contra mí.

Acepto que tiene tanto derecho a calificarme como yo lo tuve de criticarle, pero lo que si no voy es a discutir a estas horas de la vida  con quien evidentemente se siente ofendido porque le recordé que tamborilea el idioma y no sabe buscar en el diccionario virtual de la RAE el verdadero significado de la palabra barcino.

Si se mirara al espejo y se reconociera a sí mismo, se sentiría orgulloso de lo que es, no avergonzado y mucho menos ofendido. Y, por supuesto, le recuerdo que los que él llama despóticos y groseros no somos los ancianos escritores como yo sino  gentes como el mismo gobernador de Nariño quienes en ejercicio de sus cargos olvidan la Constitución y con espíritu torvo intentan implantar un nuevo orden en la pretendida búsqueda de la paz.