sábado 15 de junio de 2024 / ACTUALIZADO 09:08 PM
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EL FANTASMA

Isabel Muriel

Valledupar, la costa Atlántica, Antioquia, Bogotá y Santander lloran la pérdida del maestro Ómar Geles.

Vienen a la memoria decenas de recuerdos

Cuenta el experimentado promotor y presentador de televisión, Hernán Darío Usquiano, que en la década de los ochenta cuando llegaban las negociaciones para el nuevo contrato con El Binomio de Oro, en Codiscos se vivían momentos de tensión.

«Eran prolongadas reuniones donde participaban Álvaro Arango, director general, Rafael Mejía, director artístico y Fernando López Henao, gerente de promoción, por un lado y por el otro, Rafael Orozco e Israel Romero», dice.

Sólo la señora de los tintos podía entrar a la oficina del cónclave musical. Por lo general las conversaciones podían durar varios días. Era un tire y afloje entre unos y otros.

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Siempre llegaba El Binomio de Oro con la idea de continuar con Codiscos, pero llevaba una carta bajo la manga de alguna conversación con otra disquera.

A mediados de 1985, hacia las tres de la tarde, Rafael Mejía, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con los integrantes de El Binomio, salió de la oficina y le dijo a Clara Tamayo Monsalve: «Consígame un tiquete para Valledupar».

Él sabía que sólo había un vuelo semanal, desde Medellín, a través de Intercontinental de aviación, los jueves. Viajó a Valledupar, conversó con varios compositores, escuchó a varios cantantes y acordeoneros. Estuvo en varias parrandas cerca de Valledupar oyendo talentos, pidiendo datos, composiciones.

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Al fin y al cabo, esa era su tarea: escuchar músicos y atinar dónde podría estar el éxito. Así había descubierto a más de 30 figuras de la música.

Los compositores le tarareaban canciones, les pedía que se las grabaran en un casete y se las enviaran a su oficina en Medellín.

El lunes siguiente llegó a la oficina y le dijo a Clarita: «Dígale a Darío Valenzuela que cancele hoy todas las grabaciones que tenga, porque entramos a grabar con un nuevo grupo vallenato».

Darío, «el brujo de la consola», a quien se le deben más de 150 grandes éxitos del vallenato, simplemente obedeció.

Hacia las 10 de la mañana llegaron tímidamente dos nuevos integrantes de la nómina artística de Codiscos. Uno era un acordeonero, rey aficionado ese año del Festival de la Leyenda Vallenata, compositor, alegre y con tan sólo 18 años. Su nombre: Ómar Geles. Lo conocían con el apodo de «El diablito».

El otro, un cantante fuerte, de 25 años de edad, con alegría y compositor. Se trataba de Miguel Morales.

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De inmediato los bautizaron como «Los Diablitos del vallenato», grabaron un elepé titulado «De verdad, verdad».

«Esos muchachos llegaron asustados y para todos los miembros de Codiscos eran una verdadera incógnita», cuenta ahora Hernán Darío.

Rafael Mejía ordenó lanzar un sencillo con el tema «Tu», del eximio compositor Hernando Marín.

Lo grabaron y la meta fue impuesta de inmediato. Había que convertir en un éxito nacional «Tu».

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Tarea encabezada por Fernando López Henao, desde Medellín. Con el equipo de promoción de Bogotá –Guillermo Muñoz y César García a la cabeza–, en Santiago de Cali, con Daniel Morales, en la costa, con Moisés de la Cruz, en Antioquia con Hernán Darío Usquiano, y las demás regiones, trabajaron sin descanso.

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