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Intifada de versos: SOLIDARIDAD CON PALESTINA

Genocidio en Gaza

 

 

Mauricio Trujillo Uribe

Veinticinco poetas, de ellos dieciséis colombianos, presentaron el pasado 28 de febrero su libro «Intifada de Versos» en solidaridad con el pueblo palestino en Gaza. El recital tuvo lugar en el auditorio de la Cooperativa del Magisterio de Bogotá y contó con la presencia del embajador de Palestina, Rauf Al Malki, quien leyó versos de Mahmoud Darwish, el poeta nacional palestino y uno de los literatos más populares en el mundo árabe.

Este sencillo acto estuvo cargado de emociones y sentimientos frente a lo que cada día más se revela no ya como una acción de defensa legítima de Israel frente al ataque de Hamas, el pasado 7 de octubre, cuando este movimiento de corte yihadista –que se define como de resistencia islamista- masacró 1.140 personas, la mayoría civiles, entre ellos niños y mujeres, y secuestró cerca de 250, según fuentes israelíes; no ya como una operación militar para eliminar a Hamas y toda amenaza que provenga de Gaza contra la seguridad de Israel: lo que hoy aparece ante los ojos del mundo es una guerra totalmente desproporcionada, violatoria del derecho internacional humanitario; una reacción de venganza y «castigo colectivo al pueblo palestino», en palabras del secretario general de la ONU; una política de ocupación, sometimiento y usurpación, que adelanta Netanyahu y el equipo más extremista de su gobierno, guiada por la ideología que considera los territorios de Palestina como parte de la «tierra prometida” al pueblo judío. Así, son cada vez más visibles las voces en Israel que plantean el «retorno definitivo» a Gaza.

El 29 de febrero, soldados israelíes –que se sintieron amenazados, dice el portavoz del ejército israelí- atropellaron una muchedumbre y dispararon sobre ella cuando ésta rodeó el convoy de camiones cargado con alimentos, dejando un saldo de más de cien fallecidos y setecientos heridos, según testimonios y soportes visuales. Sin duda, advierten analistas, se ha vuelto muy difícil proveer la ayuda humanitaria en medio de la guerra y el desplome del orden público en razón del hambre y la desesperación.

Lo que nos traen las noticias permite decir que la guerra de Israel en Gaza ha girado hacia un genocidio del que es víctima la población palestina. A su vez, los sucesivos vetos de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU a una resolución de cese al fuego y las gestiones del presidente Biden para seguir suministrando armamento a Israel, así como la doble moral de la mayoría de los dirigentes europeos, constituyen un espaldarazo al accionar de Israel.

¿Cómo puede acaso calificarse la ofensiva israelí que le ha quitado la vida a más de 30.000 palestinos y dejado más de 70.000 heridos y mutilados, la inmensa mayoría niños y mujeres, según informaron las autoridades sanitarias de Gaza? De otra parte, el secretario de defensa de Estados Unidos, afirmó que el número de muertos ascendía a 25.000, aunque luego el Pentágono reculó diciendo que no se podía confirmar dicha cifra.

Un análisis publicado por la BBC a comienzos de febrero, muestra que los ataques aéreos con miles de toneladas de bombas, han destruido la mitad de los edificios de la franja, las calles comerciales han quedado reducidas a escombros, barrios enteros en ruinas y las tierras de cultivo revueltas. Al día de hoy la superficie de «tierra arrasada» es mayor.

Sobre el terreno la Organización Mundial de la Salud, el Comité internacional de la Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras, advierten que cerca de 1.9 millones de gazatíes han dejado sus hogares y se han visto obligados a desplazarse continuamente, el número de niños huérfanos es dramático y los daños sicológicos inconmensurables. La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos señala el inminente riesgo de hambruna y propagación de enfermedades infecciosas, en medio del precario sistema de salud.

Con motivo del drama del 29 de febrero, el presidente Lula de Brasil dijo: «Quiero decirles que estoy a favor de la creación de un Estado palestino libre y soberano. Que este Estado palestino puede vivir en armonía con el Estado de Israel. Y quiero decir más: lo que está haciendo el gobierno israelí contra el pueblo palestino no es guerra, es genocidio, porque está matando a mujeres y niños».

A su vez, el presidente Petro escribió en su cuenta de X: «Pidiendo comida, más de 100 palestinos fueron asesinados por Netanyahu. Esto se llama genocidio y recuerda el Holocausto, así a los poderes mundiales no les guste reconocerlo. El mundo debe bloquear a Netanyahu. Colombia suspende toda compra de armas a Israel». Y el 1 de marzo, en la VII Cumbre de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, a la que asistieron los jefes de Estado y de Gobierno y representantes de los 33 países, propuso una reunión para fijar una postura común. Sin duda, una posición como región lanzaría un potente mensaje a la comunidad internacional.