Netanyahu justifica su nueva escalada genocida en el Líbano, como una estrategia militar necesaria para recuperar la seguridad en la región fronteriza.
No suficiente con la atroz cifra que ya supera los 41.000 muertos en la Franja de Gaza, como consecuencia de la guerra entre Israel y Hamas. Ahora Netanyahu justifica su nueva escalada genocida en el Líbano, como una estrategia militar necesaria para recuperar la seguridad en la región fronteriza. Y con ello, garantizar el retorno a sus hogares de las comunidades del norte de Israel.
Sin embargo el escenario geopolítico en el oriente medio devela otra cosa. Los ataques de Israel, incluidas las recientes explosiones de dispositivos de comunicación y los asesinatos de varios dirigentes de Hezbolá, han cobrado la vida de unas 600 personas y han dejado alrededor de 1800 heridos en todo el país.
La actual incursión armada de Israel en el Líbano podría de seguro tener otro propósito bélico y político. Pues en primer lugar, Netanyahu no ha podido lograr un acuerdo de paz con Hezbolá en Gaza. Y por el contrario, el llamado eje de la resistencia formado por países como Irán y múltiples milicias como Hezbolá, Hamas y los Hutíes Yemeníes, vienen consolidando y fortaleciendo sus fuerzas armadas. Lo cual por consiguiente, ha puesto en tensión a Israel y a sus aliados de occidente.
Lo segundo, es que Israel estaría intentando obligar a Hezbolá a cumplir los términos de la resolución 1701 de las Naciones Unidas. Y con ello, obtener un nuevo espaldarazo diplomático internacional.
Recordemos que en el 2006, en la denominada Segunda Guerra del Líbano. – La cual duró un mes entre Hezbolá e Israel, con la intervención de las Naciones Unidas -.
Se fijaron algunos acuerdos para el alto al fuego, que se caracterizaron por el despliegue de tropas libanesas y fuerzas de paz de la ONU en el sur del Líbano. Incluyendo la retirada del ejército de Israel y de Hezbolá de la zona. Así como el desarme de la milicia chií.
Pero pese a ese gran esfuerzo resolutivo en su momento, Hezbolá no se retiró de la zona de conflicto, ni entregó sus armas. Sino por el contrario, con el apoyo de Irán desde entonces, su fuerza militar ha crecido y se ha consolidado.
Lo tercero, es que la reciente incursión militar de Israel en el Líbano tiene un notable tinte político y mediático. Pues ahora el centro de atención no es Gaza, sino Líbano. Y con ello Netanyahu, pretende bajar la presión política interna de su gobierno y preservar al menos su bajo nivel de popularidad y respaldo nacional. Frente a la incierta e improbable tregua de paz con Hamas, y la liberación de sus rehenes.
Ahora la comunidad internacional teme lo peor, que la actual crisis entre Israel y Hezbolá, desate inminentemente en Oriente Medio una guerra total.
Lobos vestidos de ovejas, es la imagen que siempre quiere dar occidente”apoyando” a las naciones que están en conflicto, es como una olla a presión lista para que en cualquier momento pueda explotar. Lo triste es que siempre los que se ven afectados y quedan en medio del conflicto es las personas del común, los humildes, necesitados y que no tienen cómo escapar de ese infierno, niños, mujeres,adultos mayores, triste que ellos sean los verdaderos mártires, del anhelo de unos cuantos de poder,venganza, reconocimiento y deseos de intimidar.