Opinión, TOP

PETRO PREOCUPACIONES Y POSTURA

Gustavo Petro Urrego, presidente de los colombianos. 

 

 

 

El debate público en la calle es una expresión legítima de la opinión ciudadana, contribuye a visibilizar las preocupaciones y posturas de los diferentes sectores de la sociedad.

 

 

Bernardo Ordóñez Sánchez 

El presidente Petro no debe tomar el archivo de la Reforma a la Salud como una derrota personal. Lo sucedido es la manifestación e interpretación de lo que el Congreso recogió de la opinión pública.

Con las opciones que da la ley para salvar la reforma, los Congresistas de Gobierno, han presentado la apelación a la plenaria del Senado. El presidente de la corporación, Iván Name, designará una comisión para dar la recomendación si otorga o no la posibilidad de ser considerada, evaluada y votada en plenaria. Esto conlleva a que en caso de ser aprobada la apelación, esta iniciaría el trámite en otra comisión desde primer debate. Aun siendo así, con el mismo texto y sin modificaciones no tienen la mayoría, como tampoco da el tiempo para aprobarla. Lo que puede pasar es que ataje el trámite de otras leyes.

Si de verdad hay intención real de las partes de hacer una Reforma a la Salud, el Gobierno debe ceder y lograr concertar posiciones y acuerdos con los diferentes actores de la salud, políticos, la sociedad civil y los demás interesados.

Con ello, podría cambiar la percepción sobre su capacidad para manejar situaciones complejas, llegar a consensos y generar un ambiente de mayor confianza, contribuyendo a reducir la polarización política y social.

El diálogo es fundamental en cualquier sistema democrático, en lo que se lleva de Gobierno y en los últimos 12 meses ese diálogo no se ha dado. El Gobierno, si tiene voluntad y con su habilidad, puede plantear acuerdos. Esta situación tendrá un impacto positivo en la opinión nacional.

En tres meses se eligen nuevas mesas directivas del Congreso. Están en discusión otras reformas grandes y si continúa la cabeza caliente los errores pueden hacer que se generen más conflictos.

El presidente debe escuchar la voz del Congreso, en el marco legal del estado de derecho y bajo los principios democráticos: este es el conducto regular, respetar la separación de poderes. Hay que insistir en esa postura del diálogo.

En este mismo sentido, pueden verse impopular e impolítico propuestas como la solicitud al ministro de justicia para que se revise las posibilidades de convocar una Asamblea Constituyente por decreto.

En la norma constitucional está explícito el procedimiento para convocar a una Asamblea. El intento de Presidencia de convocar sin el respaldo legal requerido puede ser percibido como un intento de concentrar poder en la figura presidencial, generando aún más desconfianza de los legisladores y del común de la gente, lo que no aporta en la búsqueda de llegar aproximaciones frente a temas fundamentales de las reformas.

El debate público en la calle es una expresión legítima de la opinión ciudadana, contribuye a visibilizar las preocupaciones y posturas de los diferentes sectores de la sociedad, pero este puede generar tensiones y conflictos, lo que es normal en una democracia; en este momento los consensos son la única salida para que el presidente desbloquee el legislativo y pueda tener nuevas victorias.

Muy seguramente lo que va a suceder es que esa gran mayoría (70%, según las encuestas), que hoy rechaza al presidente Petro, conformada por los que no votaron por él para presidente, por los inconformes y por los mismos que lo apoyaron y que se desinflaron con su manejo gubernamental, le demuestre en la calle el inconformismo, con participación de nuevos actores que no se han expresado, obligando a modificar las mayorías en el Congreso, mayorías que el presidente tuvo y las despreció por su propia voluntad, dejándolo en un minoría parlamentaria.

Esto, sin embargo, aún es un hecho evitable, pero el presidente Petro debe hablarle no sólo a sus copartidarios, pues es la cabeza de todo el pueblo colombiano, y debe así mismo construir, reformar, transformar con todos. Bien dicen que es imposible que un gobernante tenga feliz a todo el pueblo, pero no está demás escuchar propuestas diferentes a las propias, lo que puede ayudar a consolidar ideas con soluciones, estabilidad y futuro y disminuya a su menor expresión el inconformismo.

Aún hay más reformas activas con menos líneas rojas en el Congreso y se presenta una oportunidad ahora para mostrar líderes del partido de gobierno más conciliadores en equidad, menos sectarios, con beneficio común y sentido natural y menos críticos del que piensa distinto.

No sólo el presidente, también los congresistas del partido de Gobierno deben procurar espacios para dar soluciones con estabilidad y ejecutorias reales, y para transmitir un mensaje claro, coherente, convincente, donde se compartan objetivos comunes.